Feliz 2013

lunes, 31 de diciembre de 2012

Quizás esta noche no quiera pensar. Porque es injusto que, por culpa de factores ajenos, quiera que se marche este año cuanto antes, porque ha sido uno de los mejores de mi vida. Porque estoy cansada de que pase otra Navidad peor que la anterior, con las mismas sombras y los mismos tapujos de siempre. Porque todo ello ensombrece lo maravilloso que ha sido este 2012, y eso me molesta. 

Porque gracias a este año he podido desengañarme de mucha gente, al igual que he estrechado lazos inquebrantables con otras personas. Y eso es lo que quiero llevarme, lo bueno. Porque lo malo lo voy a enterrar, de la gente estoy ya harta y voy a vivir por mí y para mí, junto a la persona que más quiero y quien me quiera acompañar. 

Porque llega un punto en el que, si no estás satisfecho, la familia la creas tú mismo, y no porque te llegue impuesta de arriba. Que ya estoy harta de aparentar y solamente aparentar. Ojalá pudiera mandarlo todo al olvido e irme muy lejos, sin que nadie pudiera entrometerse en mi vida o en mis planes.

Y espero que este 2013 me dé un pequeño impulso, ya que todo eso, por desgracia, no ocurrirá de un día para otro. Sí, deberé dejar de ser cobarde. 

Feliz 2013 a aquel que se lo merezca, a aquel se lo haya merecido durante 2012.

Somos dos

viernes, 28 de diciembre de 2012

Nada te arrancará de mí... nadie podrá arrancarte de mis pensamientos. Aunque el sol deje de entregarse a una tarde ardiente de verano. Aunque las flores dejen de renacer en primavera, y las hojas de morir en la soledad del otoño. Nada te arrancará de mí.

Tal vez el viento nos arrastre hacia un mar de esperanza, y bañe esta playa hundida en batallas. Quizás hoy no toques mis manos, ni acaricies mi pelo esta noche, ni siquiera podremos darnos un abrazo, pero será mi alma la que atraviese tu frontera, y estará en aquel lugar donde nos encontramos por primera vez. Para sonreír, amarnos, y todo aquello que sea mutuo. 

Y es que jamás te sacaré de mis pensamientos. Pasearás triunfante en mi memoria y nada hará que cambie mi forma de querer. Te amaré hasta el amanecer, hasta dejarte sin aliento, hasta recorrer tu piel con caricias y borrarla con mis besos. Porque nada te arrancará de mí.

Pero si tú decides arrancarme de ti, y sólo quieras recordarme de tanto en cuando, en mí no encontrarías odio, porque quizás seas tú la única persona a la que jamás llegaría a odiar. Porque, si tú me dejas, ya no seré yo. Quizás sea el rocío suave de una rosa, el alba de tu mañana, esa gota de lluvia que te roza una tarde cualquiera, o, tal vez, puedas encontrarme en la efímera sonrisa de una pareja de enamorados.

Pero, en todo caso, dejaría de ser quien soy. Porque no me imagino un futuro sin ti, ni quiero hacerlo. Porque nada de lo que nos ha llevado hasta aquí ha sido un error, ni siquiera una desgracia, aunque a simple vista lo parezca. Todos estos meses que me has brindado, me has soportado y me has comprendido, han servido para no querer arrancarte de mí, para estar al lado de una persona tan maravillosa como tú. Quizás nunca sepa devolverte todo lo que has cedido, ni cada gesto, ni cada palabra. Pero quiero hacerte saber que en tu ausencia seguiré anhelando tu forma de arroparme cada mañana, y de besarme en la mejilla como si fuera la primera vez, nunca la última. 
Hoy, por segunda vez, cumplimos otro 28. Un día indescriptible, de esos que todavía me siguen llenando de emoción. Pero los números se quedan atrás, lo importante es lo vivido. Por eso, ¿podrás perdonar cada día de imperfección? ¿Amarla como si de la más inocente virtud se tratara? Por muchas sombras que nos persigan, lograremos esquivarlas si nuestras manos no soltamos. 

Seré luz en tu incertidumbre, serenidad en tu rabia, pasión en tu intimidad. Tu cielo, el que me entregues. Tu amor, mi vida. Porque nada te arrancará de mí.

Dicen los sabios que los más grandes logros acaban por sufrir grandes caídas, pero cada una de ellas nos hace más fuertes, como fuerte es nuestra relación. Porque el fin a cualquier tempestad lo compondrá el perdón, el saber aceptar tal y como es a esa persona que, a pesar de cualquier cosa, te respeta, te admira, te ama y está ahí, justo a tu lado.

Te amo, por dos.

Yo te traigo... veinte años

martes, 25 de diciembre de 2012

Veinte años nos bebimos de un solo trago, compartiendo las emociones. Cuántas cosas que amontonar...
 
Veinte años. Somos vidas que se tocaron casualmente. Ni pensamos que tu letra podría acariciar. Caminamos sin darle descanso al labio, y dejamos pasar el tiempo y el ruido de la incertidumbre cuando algo nuevo va a sonar.

Y es que nuestro amor es a prueba de balas y se crece con las batallas.

Yo te traigo los recuerdos que tú y yo creamos, emociones que tengo a fuego en mí por ti. Lo que aprendí, lo que soñé, las veinte vueltas que le dimos a este sol.

Yo te traigo, por si olvidas que nos contamos, el que el tiempo me haya borrado de mis versos un millón. Ya no hay nada que me quite ese sabor.

Veinte años, veinte años junto a ti.
 
Veinte años en la música yo te traigo. Soy el marco, tú eres el cuadro, y no pinta más que tu voz. Sin dudarlo, para qué vale tanto escenario, tantos ojos si no miramos, tantas manos, tanta canción.
 
Y es lo que te traigo, el regalo de aniversario. El principio, lo que juramos. Mi canción y mi voz tan ronca como es nuestro amor. Nuestro amor que es a prueba de balas... y que hace tanto que me dispara.
 
Yo te traigo de regalo de aniversario esas cosas que nunca dije y que te debo, corazón, como que es por ti por quien resiste mi pasión. No te traigo ni flamantes vestidos caros, nada más que esta simple melodía y esta voz, y una caricia para tus letras que aún me llenan de emoción.
Veinte años.



Alejandro Sanz - Yo te traigo... veinte años

Esbozo de aquello que surgió

viernes, 19 de octubre de 2012

Una ilusión nunca se puede olvidar, al igual que una promesa no se debe romper. El momento perfecto jamás existió, porque el tiempo es demasiado efímero; y es que, ¿alguien me asegura que un hoy sea mejor que un mañana? Son nuestros actos, nuestras decisiones, los que convierten un instante en un recuerdo. Por eso no dejaré para mañana un te quiero, porque prefiero hacer de este preciso instante un recuerdo. Y así, todos los días de mi vida. Y es que no hay nada que más desee en el mundo que vivir todos esos momentos contigo. Y ser dos nostálgicos que recuerden esta vida cuando nada más les quede.

El frío modifica la trayectoria de los peces

jueves, 4 de octubre de 2012

Se habían conocido once años atrás. Simon, psicoanalista, recibió a Michel en su diván. Michel había iniciado una terapia por un malestar que no conseguía explicarse. Vivía mal su papel de padre y esposo. Quería a su único hijo de dieciocho años. Quería a su mujer, con la que llevaba veinticinco años casado, pero algo no funcionaba. No se sentía bien, como si no fuera realmente él. Sólo su trabajo en Météo Canada le hacía feliz. Era especialista en huracanes y trabajaba sobre una matriz que permitiría determinar con precisión la trayectoria de estos depredadores naturales. Simon también estaba casado y tenía dos hijas de dieciséis y diecinueve años.

Con el paso descubrieron afinidades. Simon sabía que nunca hay que intimar con un paciente. Pero cuanto más se confiaba Michel, más le comprendía Simon. Les gustaban las mismas cosas. Empezaron a desear compartirlas. Sencillamente, estaban bien juntos. Poco a poco llegaron a sentirse mal si pasaban demasiado tiempo alejados el uno del otro. 

-Michel, tengo dos entradas para Alain Lefèvre con la Orquesta Sinfónica de Montreal. Normalmente no debería salir con un paciente, pero es en la Place-des-Arts, a dos pasos...

No se contentaron con dos pasos. Se divorciaron al mismo tiempo. Las dos familias se lo tomaron muy mal. Sobre todo la de Simon, que era judío. El Colegio de Psicoanalistas de Quebec jamás supo que vivía con un antiguo paciente. Él no había querido por nada del mundo que se supiera. Cuando Simon sacaba a Pipo, Michel se quedaba en casa cocinando. Decidieron vivir su felicidad aislados del mundo, para saborearla mejor.

El ritmo de la música aumentó, de moderato pasó a alegro. La mano de Simon se deslizó para coger la de Michel.

Se aman.



El frío modifica la trayectoria de los peces 
Pierre Szalowski




Reencontrar

martes, 18 de septiembre de 2012

No quedan palabras, y tampoco silencios. Ya no queda apenas tiempo, sólo abismos en los que perdernos. Inmensidad eterna. Una soledad en la que la esperanza no muere, porque se alimenta día a día. De ti, de mí. De nosotros. Porque somos la unión de dos astros, de una noche con su día. El dueño de un cielo que se estrella cada noche, la musa cuyo encanto se pierde sin su artista. 

La cuenta atrás se detendrá en el preciso instante en el que se reencuentren nuestras miradas. Dos piezas perdidas de puzzles distintos, pero que encajan y hacen bello aquello que parecía imposible. 

Porque lo importante no es ser igual que alguien, sino ser capaz de complementarse con esa otra persona. Y, tanto es así, que todo cobra sentido con tu nueva otra mitad, porque sabes que la tuya ahora le pertenece a él; toda una muestra de confianza ciega por la que vale la pena luchar. Cuando volváis a abrazaros, sin preocuparos del tiempo que os quede. Cuando volváis a ser el uno del otro, sin más abrigo que el de vuestros cuerpos. Porque todos nos merecemos encontrar esa pieza que nos inspire un amor tan profundo como el que aquí se refleja. Como el de un artista por su musa.

Veinte mariposas

martes, 28 de agosto de 2012

No sé si fue el destino el que me trajo hasta aquí, dejando atrás los mejores veinte meses de mi vida. No sé si fue gracias a ese cielo estrellado que pronto volveremos a compartir, a una tierra donde todo surge de forma mágica, o a esa casualidad que nos hizo querer cada día un poquito más.

Simplemente fuiste tú, sin mayor explicación. Poco a poco decidí que fueras tú el que cogiera mi mano y supiera guiarme en este camino. Me di cuenta de que no podía existir una persona mejor para ocupar ese hueco, esa mitad que hoy día ya te corresponde. Y no hay más razón que la de caer rendida ante la evidencia, ante la habilidad que tienes para enamorarme cada día. Una locura que, pase lo que pase, sigue sonando demasiado bien. 

Y tendrás que perdonarme cada día, al igual que espero que no dejes nunca de quererme; al menos, durante todo el tiempo que has estado ahí, que ha sido siempre.

Gracias, por todo. Por días sin final, por noches llenas de sueños. Por estos meses llenos de magia. Y, sin duda, abrazaré mis sueños en esta cálida noche de 28, esperando al día de nuestro reencuentro para formar parte de ellos.

El mundo amarillo

martes, 21 de agosto de 2012

Nunca he comprendido que el concepto de amistad no haya evolucionado. A veces leo libros que hablan de la Edad Media, del Renacimiento, de principios de siglo y siempre se habla de la amistad; un amigo siempre es un amigo. Los amigos son amigos y su repercusión en la persona amiga es bastante parecida en todas las épocas. En cambio, el mundo de la pareja y la familia sí que ha evolucionado. No se parece en nada la forma de relacionarse de una pareja o un núcleo familiar en la Edad Media a como la vivimos ahora; los roles, las costumbres, todo ha evolucionado.

Creo que éste es uno de los males de esta sociedad. El concepto amigo, el rol del amigo, ya no puede ser el mismo en la época tecnológica en la que vivimos. Yo creo que ahora es imposible mantener el contacto con los amigos de la misma manera que en décadas anteriores. Todo el mundo pierde amigos cada año, y las excusas son muy variadas: «vivimos en lugares distintos», «cambié de trabajo», «no tengo tiempo para quedar», «tan sólo hablábamos por el messenger» o «éramos tan sólo amigos del colegio o de la universidad.»

Perder a un amigo está siempre relacionado con dejar de verse. Los amigos se definen sobre todo porque son personas que se ven, que se ven muchas veces en la vida. ¿Puedes ser amigo de alguien si no lo ves jamás, si no quedas nunca con él?


El mundo amarillo, de Albert Espinosa


Eres mi suerte

domingo, 19 de agosto de 2012

Sé que es él. Sé que él es la persona de mi vida desde que me lo pregunté por primera vez. Porque, a veces, no hace falta cuestionarse nada más. A veces, sabes que está ahí ahora y que lo va a estar siempre, como tantos años atrás estuvo. Pero te llevas tantas decepciones antes de dar con esa persona... que ya no distingues entre confianza y falsedad. 

Pero el miedo se supera afrontándolo. Los temores no tienen por qué dominar tu vida. Decidí hace tiempo lanzarme a una piscina con un agua tan fría como la nieve de enero, cansada de quemarme con el fuego de un lugar llamado infierno. Resistí y luché, sin miedo, con paciencia. Nunca me cansé, porque sabía que llegaría mi recompensa. Y llegó.

Llegó mi suerte, la suerte de mi vida. Si soy sincera, no me esperaba que llegaría con esa facilidad. Tan suavemente, con delicadeza. Y, sin embargo, ahora pienso que ojalá hubiera surgido todo esto antes; es bonito pensar que el destino lo tenía todo planeado. Porque, realmente, lo amo como nunca antes podía haberlo imaginado. Inevitablemente, lo amo. Él es la persona con quien quiero compartir mis segundos, mis minutos y mis horas. Vivir cada uno de sus días con sus respectivas noches. Y no despertarme nunca de este sueño. Para el resto de mi vida.

Me di cuenta de que nadie me va a querer tanto como él me quiere. Ni me va a mirar de esa forma que yo solamente conozco. Y tampoco nadie me va a ofrecer toda la felicidad que él me ofrece. Y si estoy tan segura es precisamente por todas las lágrimas que he podido derramar por aquellas personas y decepciones del pasado, y porque todas esas lágrimas fue precisamente él quién las alejó de mi presente.

Tormenta de verano

viernes, 3 de agosto de 2012

Frío. Entre éste y muchos otros detalles, para ella no era precisamente lo que debería haber sido una calurosa tarde de agosto. Ante el espejo al que se miraba, deseaba verse guapa, aunque lo que aún más prefería era verse junto a él. Pero nunca era el momento. Porque, a veces, la distancia nos agarra por la espalda, robándonos lo que más nos importa, lo que más anhelamos.

Aquella tarde era distinta, al igual que su acompañante. Cuando se encontraron, tras mucho tiempo recorrido a sus espaldas y muy poco mirándose a los ojos, no se imaginaban lo que esa noche de sí daría. Emoción y nerviosismo se escondían en una tímida conversación. Una aparente calma que recorría cada pensamiento que le atormentaba. Cuando dos almas solitarias se reencuentran en una mirada y se regalan una sonrisa, son buenos motivos para escapar y pasear entre las estrellas, a pesar de la ausencia del verdadero amor. 

Y ese es el instante cuando el amor se convierte en desamor, o viceversa. Es en ese instante cuando un beso sucede a otro, cuando las miradas se convierten en caricias y la respiración acompasa unos inocentes y torpes movimientos. Una pasión descrita en cada suspiro, en cada vello erizado, en cada rincón de su piel. La suavidad en la que se fundieron era mágica. La ropa sobraba, la que ahora tapaba el suelo y no sus cuerpos.

Las caricias se hicieron más intensas y, a la vez, más lentas. Ella se aferraba a su piel como si no existiese un mañana, como si estuviese atrapada en un tornado de sentimientos, que brotaba de nuevo cada vez que rozaba los labios del amor de su vida. Un íntimo baile en el que los únicos invitados a la fiesta eran ellos.

Se sentía, tras mucho sufrimiento, completamente en paz. Sus ojos brillaban de complicidad, de amor. Cada uno de sus movimientos regalaban a la escena un romanticismo inmenso. Como si lo más profundo de su ser quisiera salir, abrazar a la persona que tanto amaba y luego poder regresar tranquila.

Exhausta, se acurrucó en sus brazos, y con una sonrisa de felicidad, se miraron lentamente, para después besarse apasionadamente. 

Lejos de aquel idílico lugar, un joven sintió frío; un gran escalofrío erizó su piel. Con la mirada perdida en la oscuridad de su habitación, se preguntó qué pudo haber sido, con el calor de verano que en su cama se respiraba. No se dio cuenta, pero, en ese momento, había ocurrido algo que marcaría sus ganas de vivir, sin saber que, aquello que desconocía, lo atormentaría más de lo podría imaginar, y mucho más de lo que él hubiese podido desear.

Acababan de romper su oportunidad. Acababan de robarle un sueño.

Como tú

domingo, 29 de julio de 2012

Escalones que subir, metas por alzancar y un sueño para revivir. Tiempo para cumplir todo eso, junto al resto de vida que nos quede. Porque, pese a todas las dificultades que se presenten, aquí estoy. Porque quiero, puedo y sé.

Aquí estaremos. En el peligro y en la quietud, en la soledad de la muchedumbre. En la vida y en la muerte... porque no moriremos solos.

Estoy convencida de que este tiempo, tan cerca y a la vez tan lejos de un lugar parecido a un hogar, solamente servirá para sentirnos más seguros el uno del otro. Una prueba que demuestra unos lazos inquebrantables. Todo un reencuentro de película, si es que nuestra vida no lo ha sido ya.

Porque te esperaré. Y sabré que nuestro amor es eterno, e infinitamente hermoso.

Como tú.

Los pesares de una triste sonrisa

viernes, 27 de julio de 2012

Tantos motivos son los que me hacen sonreír... y, en cambio, sólo uno es el que me hace completamente feliz. Y es ahí cuando el tiempo emprende un veloz viaje, sin retorno. Los días pasan incontrolables, a la misma velocidad con la que encadeno una sonrisa tras otra. Y aunque también los miedos estén presentes, no logran estancarse. Me basta coger tu mano para ahuyentarlos, para que vuelvan por el camino que nunca debieron trazar. Me basta una mirada. Sí, esas miradas que lo dicen todo, que no callan nada. Sincera, pura y que demuestre todo lo que siento. Me basta un amanecer, porque es lo que compartiremos si vuelvo a tener la suerte de dormir a tu lado. Y junto a ese continuo anhelo... también sueño. Sueño con el día en el que podré encauzar mi vida sin dar mayor explicación. Sueño con un sueño, pequeño, dulce e inocente, que si bien aún no le pongo rostro, trato de darle imagen con cualquier bella fotografía nuestra.

Y, sin embargo, habrás de perdonarme por no salir lo suficiente de este pozo sin fondo, de este agujero de negatividad. Por ahogarme más de la cuenta en ellos, por no saber valorar a veces lo mucho que me das y todo lo que intentas transmitirme, que es incalculable. En ocasiones pienso que ojalá estuviera a la alturas de las circunstancias, que debería saber apreciar todo lo positivo dentro de la pesadumbre. Que ojalá no me vieras de este modo...

Grito, con rabia, con la ansiedad de saber que no volveré a verte un tiempo. Y me derrumbo, volviendo a llorar y a la misma cadena de pensamientos de siempre. Me prometo cambiar, por ti, por mí, sólo por nosotros. Pero es dura la situación. Ya no sólo el no tenerte conmigo, sino tener las alas rotas. Aquí no tengo espacio para volar, algo que desanimaría hasta al más viajero.

Pero quiero ser fuerte y pensar en un tiempo que está ahí, relativamente presente, y en forma de mes. Porque todo esto pasará algún día y, al igual que vendrá de nuevo, volverá a irse para nunca regresar.

Confesiones de una noche de verano

sábado, 21 de julio de 2012

Ojalá pudieras estar aquí, hasta esta cama se me queda enorme sin ti. Echo en falta tu pelo al despeinártelo, tu voz infantil, tus suaves manos agarrando mi cintura, esa tierna sonrisa de anuncio... Por no decir tu presencia completa, tu calor.

Echo de menos un abrazo bajo las sábanas, que me hagas cosquillas e, incluso, que te quedes dormido sin querer. Y es que tengo ganas de abrazarte, de tocarte, de acariciarte. De robarte cada uno de tus besos. De amarte hasta perder el control, de compartir miradas que lo digan todo y amaneceres que no callen nada. De coger tu mano para caer rendida en tu sueño y poder sentirme completa, a salvo. Y no despertar de éste nuestro sueño. 

Porque por todos esos momentos sé que te elegí a ti y que nunca me arrepentiría de volver a hacerlo. Y todas estas palabras no son palabras vacías que sse acabarán perdiendo en tu olvido, sino una verdad indudable que se quedará conmigo... hasta mi final.

Recuerdos

miércoles, 4 de julio de 2012

Algún día recordaremos todo esto. Seremos capaces de reirnos de las boberías que ayer nos hicieron llorar. Haremos un castillo con todas las piedras que encontramos a lo largo de este camino, y enterraremos cada recuerdo en el más profundo de los baúles. Vestiremos una pared con todos los momentos que nos han hecho sentir vivos. Seremos luna, playa, atardecer o sonrisa al detenernos en cada imagen. Y, por supuesto, volveremos a vivirlos.

Olvidaremos ese enfado, ese mal gesto, y pensaremos en lo fácil que resultó volver a sonreír. Juntos. Me convertiré en aquel primer beso y seré quien te dé el último. Como un abrazo que te envuelva y que se haga eterno. Nos quedaremos con cada broma y con cada secreto a media voz. Volveremos a bailar la canción que la vida nos compuso, sintiendo, como siempre, la inquietud de un niño a la hora de soñar.

Escribiremos esas mismas palabras por un sentimiento tan inmenso que ya ni siquiera las necesita. Volveremos a ser dos, tres, o los que queramos ser, cómplices de una ilusión envuelta en recuerdos. Seremos el mar que nos vio nacer o la tierra que nos ayudó a crecer, y, aún así, nada superaría un segundo más a tu lado. Como ayer, como hoy, como este preciso momento. Único.

Porque algún día... recordaremos todo esto.

Tengo ganas de ti

viernes, 22 de junio de 2012

Es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte, aunque sea tarde, y de escribir todo lo que ha sucedido en una carta que voy a mandarte, que no vas a recibir nunca. Como tú me enseñaste, cuando acabe de escribirla la quemaré. Los sentimientos se pondrán a arder, y ese dolor no se quedará tan dentro. Esta vez sólo quiero ser claro, sería un imbécil si no gritara que me he equivocado, desde el principio, contigo. He intentado avanzar sin apartar antes las cosas que lo impedían, agarrado al pasado, mirando para atrás, queriendo olvidar pero, a la vez, sin parar de recordar, empeñado en quedarme ahí. Qué locura, ¿no? En medio de un lado y de otro, sin perdonar, sin perdonarme, sin avanzar. 

¿Dónde está el secreto del futuro? Puede que esté en fijarse bien, en avanzar, en mirar más cerca. Más. Tan cerca que lo borroso se vuelve nítido, se vuelve claro. Sólo hay que dejar que las cosas pasen. 

Y ahora lo tendría claro. Aunque ya no depende de mí.






Tengo ganas de ti.

Y soñar, juntos

domingo, 3 de junio de 2012

Nadie hace caso del agua que va después de la lluvia, la misma que cuando vuelve el sol. Poco importa si sobre esa agua hay lágrimas después de haber llorado por amor, por dolor. 

El agua se evapora, vuelve al aire, a nuestros pulmones, respirando el viento que sentimos en la cara. Y las lágrimas vuelven a entrar en nosotros, como las cosas que hemos perdido. Pero nada se pierde en realidad. Cada segundo que pasa, cada luna que surge no hace más que decirnos: ¡Vive! Vive y ama lo que tú eres, como tú seas, por todo lo que seas. Mira en lo alto hacia el cielo, cierra los ojos. Y no te canses nunca de soñar. La vida es muy corta para no ser felices juntos.

El tiempo que querría

viernes, 25 de mayo de 2012

Permanecíamos horas abrazados en la cama, escribiendo promesas de eternidad en el techo. Había conseguido que mis días fueran dignos de ser vividos. Si hubiese sabido que esos eran mis últimos días con ella, habría procurado grabar también en mi cabeza imágenes nuevas. Puede que hubiese hecho fotos, aunque dificilmente se hacen fotos cuando uno está triste. En las fotos siempre salen sonrisas, son el principio del comienzo.

El tiempo que querría,
Fabio Volo



Escala de grises

lunes, 7 de mayo de 2012

Perdí la inspiración, al igual que la paciencia. Quizás el mundo cambiaba mientras yo me reafirmaba en mis creencias, mientras cada uno de vosotros os marchábais poco a poco. Gané desconfianza, y llegué a acumular tanta que empecé a repartirla sin motivos. Tropecé y caí, pero siempre me levanté, aunque hubiera alguien al otro lado tratando de volver a hacerme la zancadilla.

Porque son los desaires del pasado los que empañan el presente. Pero si tienes fuerza para recuperar el aliento, será el viento quien te traiga tardes de encanto, palabras de afecto, compañías puras. Esa suerte que una vez falló, pero que nunca se va del todo.

Y de toda la experiencia del ayer se acaba aprendiendo, o con eso al menos me quedaré hoy. De qué vale darle vueltas a una gran desgracia si podemos encontrar pequeños detalles felices cada día; a veces, incluso, sin necesidad de salir de casa.

No digo que a partir de ahora me dedique a olvidar para siempre todo lo malo que he vivido hasta ahora; eso sí que sería bastante hipócrita por mi parte. Pero sí que necesito aprender a convivir con ello, a saber que esas personas que pasaron por cada época de vida estuvieron ahí por algo. Y que sin todo lo bueno y lo malo que me aportaron, hoy no sería quién soy, ni estaría dónde estoy, teniendo la suficiente fuerza para decir que ya no os necesito, escribiendo ahora mismo algo que ni siquiera vosotros tendréis el placer de leer.

Porque ni todo fue negro, ni todo será blanco.

Vivimos siempre juntos

viernes, 13 de abril de 2012

Como el silencio después de una mirada, como el escalofrío tras la caricia. Como la luz que sigo viendo al cerrar los ojos.

Esa luz, esa sensación de calor, de alegría, de mariposas. Ese latido. El tuyo, el mío. Como el reloj que marca cada segundo tan veloz como las horas. Como la luna que fija en ti su mirada sabiendo que la ignoras, como el agua que crea un mar sólo para ser tu reflejo. Como el suave trayecto de tus manos hasta mis mejillas. Como observarte cada noche mientras duermes.

Como los labios tras el beso y el mimo tras el enfado. Como el viento, salvaje. Como la luna, apasionada. Un sinfín de impulsos. Algo fuerte en el interior que te invade, que te llena y que sabes que estará, que estaré. Un aliciente para seguir adelante. Un motivo para continuar, una luz entre las tinieblas. La que sobrevive a la oscuridad y, a veces, la única.

Ilusión. Como ese rayo de sol que te despierta cada mañana, como la lluvia golpeando las persianas. Algo cálido, algo dulce, algo eterno. Un barco navegando para siempre, un globo que no dejará de flotar, una canción que sonará sin descanso. Seré esa fuerza escondida que te lleve a superar lo que te propongas, sin otro objetivo más que capturar esa sonrisa. Porque vencería mil tormentas, una y otra vez, sólo para volver a verla, sólo para volver a hacer tus ojos los míos.

Habrás de perdonarme, no será fácil viajar a mi lado. Emprendamos un desafío. Libremos esta aventura, venzamos a recuerdos sombríos, seamos ambos tan sólo uno. Luchemos, pero siempre juntos. Vivamos, pero siempre al lado.

Certamen de Relatos Cortos ~ Blog Romance

lunes, 2 de abril de 2012

El blog Romance de Anna Soler celebra su primer Certamen de Relatos Cortos. Podréis participar en él si escribís un relato breve o un microrrelato de amor y cumplís el resto de las bases del concurso, que las encontraréis aquí: 


Hay ya muchos participantes activos, entre los que se encuentra mi blog, ¡así que animaos a participar!


El principio del comienzo

miércoles, 28 de marzo de 2012

Aunque a veces le tenga miedo al pasado, sé que quiero pasar el resto de mi futuro contigo. Quizás porque eres y has sido la creencia más auténtica que he tenido en mi vida. Para siempre. Y es que este amor es un sueño que cobra vida al volver a vernos. 

Porque quiero pasar contigo el resto de veintiochos, sietes o treinta y unos que nos quedan, e ir más allá de aquellos que no vivamos.



Gracias. Gracias por esto, por eso, por todo.

Si el hombre pudiera decir lo que ama

miércoles, 21 de marzo de 2012

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.



Luis Cernuda


21 de marzo, Día Mundial de la Poesía.

Voy a quemarlo todo

martes, 20 de marzo de 2012

El tiempo se adueñó de mi ser, quemando la ansiedad de su devenir. Ahora resulta inútil pensar cómo sería mi vida si no me hubiese marchado de ti. Quizás hubiera sido totalmente distinta a tu lado. Y no me refiero a mi vida, me refiero a mí. ¿Siendo feliz? Un mero espejismo. Imaginé cómo sería cogerte de la mano por cada rincón que pisáramos. Soñé besarte tantas veces al día como tú hiciste esa noche. Intenté tocar cada palabra que me dedicabas en un falso recuerdo. Porque nadie tuvo la culpa de que no tuviéramos los mismos sueños... ni de que tú ni siquiera los tuvieras. Intenté refugiarme en cualquier hombro amigo, pero me limité a despreciar cada gesto en vano. Inexplicablemente, te seguía buscando en todos los rostros que encontraba. De nada funcionó olvidar antiguos puñales de alguien que te creyó mejor que yo.

Paradojas extrañas serán las que te hagan pensar que fuiste tú el que salió ganando. Pero yo me siento ganadora desde hace mucho. Muchísimo. Incluso me atrevería a decir que no cambiaría nada de lo que ahora tengo, porque esta ha sido la recompensa por tratar con indeseables como vosotros. Te descubrí, os descubrí por segunda vez. Y esta vez no seré yo la que se hunda, el mar ya será el encargado de hundir vuestros barcos. Porque no vale la pena, y tú tampoco.

Ahora sí

miércoles, 7 de marzo de 2012

Tengo este día grabado a fuego por ser la fecha en la que furtivamente creció todo aquello que tuvo que nacer.


Hoy es el día en el que te volví a conocer.

Siniestro optimismo

lunes, 5 de marzo de 2012

No tengo inspiración para escribir algo que nunca tuvo que ocurrir. Tampoco tengo razón, ni tiempo, ni siquiera ganas. Porque recordar lo que un día me hizo daño... hará que aflore de nuevo ese mal. Simplemente. 

Son demasiadas las putadas que debería olvidar. Tantas las traiciones, las mentiras, las ofensas... todas y cada una de ellas se unen hoy en mi contra. Todos esos fantasmas del pasado aún tienen un lugar en mi mente. Quizás soy la responsable de no saber quedarme con lo positivo de cada persona que ha tenido la ocasión de pasar por mi vida. De ser incapaz de guardarme vuestro calor en los días que me contagiásteis vuestro frío, o de ni siquiera tener algún segundo que merezca la pena conservar. Porque en lo más profundo quizás sienta que todo fue en balde, que toda implicación se tradujo en un cielo que nunca existió, en un amor que nadie supo afrontar. 

Y, sin embargo, al amanecer teñiré el horizonte con una sonrisa, y maquillaré cada rincón de mi rostro en busca de ilusiones nuevas, esas mismas que algún día convivirán con las viejas. Culpa mía el tener tan buena memoria. Culpa vuestra el albergar tanta maldad en un perfil tan siniestro.

Ángel y demonio

lunes, 20 de febrero de 2012

Desconozco si le vi primero o si él me encontró a mí. Me aferré a esa mano que un demonio me tendió, prometiendo olvidar su naturaleza mientras estuviera a su lado. Pero olvidé que hay seres que nacen y mueren manteniendo su esencia, sin cambiar un ápice. 
Porque hay quien nunca cambia, y con eso lo transforma todo.

-Ni el viento podrá separarnos. Él nos ayudará a volar unidos. Siempre.

Los dos temblaron al pensarlo, aunque no por igual. Uno por esa emoción contenida, el otro por sostener una incomprensible mentira.

Lo mismo ocurrió con un ángel. Entre las sombras se ocultaba, pero su propio brillo le hacía ser fuerte, inquebrantable. Y sólo sé que desde aquel lugar pidió un deseo para esta humilde mortal.

Y, en ese instante, bajo su tierna mirada, logré crecer.



Ideario

sábado, 18 de febrero de 2012

Me da vértigo el punto muerto 
y la marcha atrás,
vivir en los atascos,
los frenos automáticos y el olor a gasoil.

Me angustia el cruce de miradas
la doble dirección de las palabras
y el obsceno guiñar de los semáforos.

Me da pena la vida, los cambios de sentido,
las señales de stop y los pasos perdidos.

Me agobian las medianas,
las frases que están hechas,
los que nunca saludan y los malos profetas.

Me fatigan los dioses bajados del Olimpo
a conquistar la Tierra
y los necios de espíritu.

Me entristecen quienes me venden kleenex
en los pasos de cebra,
los que enferman de cáncer
y los que sólo son simples marionetas.

Me aplasta la hermosura
de los cuerpos perfectos,
las sirenas que ululan en las noches de fiesta,
los códigos de barras,
el baile de etiquetas.

Me arruinan las prisas y las faltas de estilo,
el paso obligatorio, las tardes de domingo
y hasta la línea recta.

Me enervan los que no tienen dudas
y aquellos que se aferran a sus ideales 

sobre los de cualquiera.

Me cansa tanto tráfico
y tanto sin sentido,
parado frente al mar mientras que el mundo gira. 





Ideario, de Francisco Ortega Palomares 


31

martes, 31 de enero de 2012

Hace dos décadas comenzó una maravillosa historia de la que hoy día me enorgullezco ser partícipe. Llegaba al mundo una pequeña vida con un gran ser en su interior. Gracias a su carácter, su inteligencia y su integridad, poco a poco se conviertió en un ejemplo a seguir para todos los que le rodean.

Sí, esa persona eres tú. Y, aunque nadie mejor que tú sabrá definirse a sí mismo, sigo pensando que eres más de lo que piensas que eres y mucho menos de lo que crees que no eres.

Curiosamente, todo lo que hoy estamos sintiendo nació de una inocente broma, quizás para dar salida a aquello que, inconscientemente, nos hacía ilusión que se cumpliera. Un sentimiento que se iba haciendo cada vez más fuerte hasta convertirse en lo que ahora mismo es: una vida que no tiene sentido sin su mitad.

Una serie de catastróficas y oportunas desdichas nos han ayudado apara alcanzar este punto en nuestras vidas. Porque cuando nos unimos cada vez más cuando más cosas importantes nos empezaron a suceder; por eso, en mayor o menor medida, siempre intentando estar ahí, simplemente porque había algo que me impedía alejarme de ti. Creo que el tiempo me ha dado la razón, y cada día, has sido tú el que me ha demostrado que nunca deberé arrepentirme de ello.

Paradojas de la vida

lunes, 23 de enero de 2012

Porque hay sitios con historia, lugares con encanto y paisajes donde perderse. Y, superando todo eso, se encuentra Granada. Luces y sombras de una misma ciudad, instantes de recuerdos para no olvidar. Un testigo mudo de un sinfín de encuentros, donde cada día había algo nuevo que descubrir y cientos de palabras por escuchar. En todos ellos estuviste presente, junto a mí. Crecimos como persona y supimos ver más allá de cada palabra, de cada fotografía, de cada sonrisa. Incluso de nuevas compañías, aquellas personas que hoy perduran y cuya amistad se mantiene firme, compartiendo momentos únicos que sólo aquí podríamos revivir. Y allí, donde todo empezó, también creció algo en nuestro interior. Seguramente, sin remedio y sin darnos cuenta. Porque nunca podré olvidar mi primer invierno únicamente junto a ti. Cómo olvidar esas fechas tan significativas para nosotros, y que seguramente nadie más entienda. Porque podrán pasar los años, vivir nuevos momentos, pero todas ellas perdurarán siempre. Por ser tú, solo tú y nadie mejor que tú para poder compartirlas. Y es que, se equivocaron al decir que el hombre ya no iba a dar a luz a ninguna estrella. No te conocieron entonces.

Aunque según tú no seas nadie, a mí ya me demostraste todo lo que eres. Ni dos letras mal unidas a la inversa ni mucho menos CO2; eres mi O2 particular, el que me da aliento cuando me siento sin fuerzas. Porque eres tú quien va a cambiar el mundo que destrozarán las teorías de la humanidad. Con mi poca ayuda sobreviviste a algo a lo que yo me hubiese hundido, estoy segura. En todo este tiempo has demostrado una gran fortaleza interior, por no decir la fortaleza necesaria para aguntar a esta verdadera insoportable que se encuentra aquí escribiendo.


Siempre he sentido que estabas ahí, escuchándome, apoyándome, soltando cualquier tontería para arrancarme una sonrisa o dedicándome las palabras más bonitas que nunca antes haya escuchado. Y ahora que te has convertido en mi otra mitad, no quiero que te marches nunca. Porque, por muchos años que pasen y por muchos otros que lleguen, algunas cosas nunca cambiarán. 

En definitiva, como ya te he repetido hasta la saciedad, tú eres más que todo eso y menos de lo que no eres. Y aunque ha habido y seguirán habiendo asuntos que nos perturben, sé que no está en mi mano cambiarlos. Porque, si fuera así, te brinddaría todo aquello que pidieras. Por ello, lo que sí puedo ofrecerte son estas palabras sinceras llenas de cariño, una mano a la que agarrarte si alguna vez caes, o simplemente una compañía que siempre te estará esperando con infinitas ganas de conversar, reír o amar. Y nunca lo olvides, gruita cuando te estés ahogando, o simplemente cuando quieras desahogarte.


Gracias a tus alas me hiciste volver a vivir cosas que ya creía olvidadas, trayendo recuerdos que aún hoy me hacen sonreír. Quizás nada de esto hubiese ocurrido, quizás ahora mismo estaría lamentando una decepción tras otra. Por eso, debo agradecerte que me hayas descubierto, que me hayas salvado de todas esas sombras; incluso, de mí misma. Porque la perfección no existe solamente en el cielo, porque disfrutamos de cada amanecer junto a su atardecer, de cada gota de lluvia, de cada maravilla ante nuestros ojos.... quedémonos con ese instante, con ese recuerdo, sin preocuparnos del tiempo que nos queda.

Porque ahí es donde guardamos un trozo de nuestra vida, un pedazo de nosotros mismos. Ahí estaré yo cada vez que no puedas verme o cada vez que estés ausente. Sí, ahí estaré contigo, para siempre.

¿Lo adivinas?

No woman, no cry

jueves, 12 de enero de 2012

Puedes no ser su primero, su último o su único. Ella amó antes y puede amar de nuevo. Pero si ella te ama ahora, ¿qué más importa? Ella no es perfecta, tú tampoco lo eres, y vosotros dos nunca seréis perfectos. Pero si ella puede hacerte reír al menos una vez, te hace pensar dos veces, si admite ser humana y cometer errores, no la dejes ir y dale lo mejor de ti. Ella no va a recitarte poesía, no está pensando en ti en todo momento, pero te dará una parte de ella que sabe que podrías romper, su corazón... No le hagas daño, no la cambies, y no esperes de ella más de lo que puede darte. No analices. Sonríe cuando te haga feliz, grita cuando te haga enfadar y échala de menos cuando no esté. Ama con todo tu ser cuando recibas su amor. 

Porque no existen las chicas perfectas, pero siempre habrá una chica que es perfecta para ti.


Bob Marley

Queridos Reyes Magos...

viernes, 6 de enero de 2012

No sé si este año he sido buena o no, si me merezco carbón o si, por el contrario, me he ganado todo lo que 2011 ha conseguido traer... será que ni yo misma sé valorarme. 

Empecé el año con un sinfín de dudas, con demasiadas ilusiones en mente y con proyectos que aún hoy siguen conmigo. No os pedí nada material, que luego la mayoría sólo acaban en recuerdo. Por eso, para este 2012, os vuelvo a pedir que la felicidad vuelva, sobre todo a casa, porque hace ya tiempo que se marchó de ella.
 
Tampoco quiero perder la ilusión, y ni, por supuesto, que él la pierda. Por favor, que ni el miedo ni sus sombras me vuelvan a ganar esta partida. Porque sé que soy muy débil, que las inseguridades y las decepciones me vencen, y que él no se merece ese huraño comportamiento que tengo a veces. Pero eso quiero mantenerlo en el pasado, no quiero que eso nos influya a partir de ahora... no sería justo. 

Este 2011 también me ha servido para comenzar a dar importancia a personas que lo merecían... o no. Por desgracia, he conocido el odio, el rencor, los celos y las injusticias. Quién sabe si justificados o no, sólo sé que todos ellos han sido acordes a cada momento que he tenido que vivir. Aunque espero que me brindéis las fuerzas suficientes para poder soportar otros momentos como esos, ya que, seguramente, se vuelvan a repetir.

Porque hay muchos problemas aún por solucionar, los cuales, a veces, no está en nuestra mano arreglarlos. Sólo el tiempo será el que pueda ayudar… no pierdo la ilusión en creerlo.

Sin embargo, en esta carta no quiero seguir destacando los malos momentos vividos en este año, ya que, al fin y al cabo, han sido mucho menores que todos los bellos que 2011 ha traído. Gracias, en definitiva, a una persona muy especial... la más especial e importante que tengo. Quizás, a veces, no se lo he demostrado lo suficiente, y es por eso que espero que le podáis hacer llegar esta noche lo mucho que significa para mí... y todo lo que le amo. En su compañía he disfrutado de cada segundo, y cada instante a su lado ha sido el más maravilloso del mundo. Y todo, en una preciosa ciudad de la que deseo no separarme nunca... ni de él.

Por eso, sólo tengo palabras de agradecimiento por este gran regalo, por esa persona que habéis puesto en mi camino y sin la que ahora ya no podría vivir. No quiero pediros nada más por ahora, salvo que podamos compartir, al menos, todo el tiempo del mundo... y sentirme a su lado como una de aquellas princesas que os pedía cada año. Al fin y al cabo, 6 de enero sólo es un día... tenéis todo un 2012 para hacerlo realidad.

Y es que si hay algo que me habéis podido enseñar hasta ahora es que nunca es tarde para volver a empezar, que nada es imposible y que todo puede ocurrir, hasta lo más impredecible. 

No sé si este año he sido buena o no, si me merezco carbón o si... Tranquilos, no me enfadaré si no me traéis nada. Porque ya lo tengo todo... porque ya nada importa si le tengo a mi lado.

Gracias por todo.

MB

Lo que realmente siento

lunes, 2 de enero de 2012

He aprendido que pocas cosas son para siempre. Que la gente es cada vez menos constante, y que, a la vez, es más fría y egoísta. Que quien te haga reír hoy, no te seguirá haciendo reír mañana. Que a quien creías amigo, con el paso del tiempo, llegará el día en el que no sea capaz de devolverte ni una simple felicitación de nuevo año. Podrás mirar atrás, pero pesarán más las ausencias, las decepciones, las putadas y los desprecios, que unos ratos de bromas y palabras bonitas. Y será entonces cuando te des cuenta de que, pese a todo, hubo alguien entre las sombras, una personita esperando a que tuvieras un hueco para él mientras te divertías con esas personas pasajeras.

Porque sé perfectamente que mi carácter es uniforme, sin trampas, sin sombras. Y porque ha llegado un punto en el que ya nadie me importa, y en el que no puedo evitar sentir rabia, impotencia e indiferencia por todo aquel que se lo merezca.

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