Aquellas pequeñas cosas

viernes, 29 de octubre de 2010

¿Por qué se me hacen las noches tan largas últimamente? Y los días tan cortos...

Acabo de (re)leer de principio a fin el mayor regalo que me hicieron en toda mi vida. Parece que una dosis de él me hace falta más a menudo de lo que pensaba. Sin moverme de mi silla me he transportado a otros tiempos, rememorando recuerdos... quién sabe si mejores o no. Gracias a esos instantes de lectura, me he dado cuenta, entre otras cosas, de que el tiempo pasa increíblemente deprisa... tanto es así que ni me da tiempo a ser consciente de ello. Supongo que lo mejor sería tomármelo todo con más calma, no dejarme desconcentrar de aquello realmente importante e ir esforzándome, pero todo paso a paso... disfrutando de esos pequeños instantes, donde realmente creo que reside la felicidad. Dicen que así se acaban alcanzando hasta las más lejanas metas.

Creo que estos días de fin de semana los dedicaré a meditar, reflexionar y sopesar las cosas que están ocurriendo tanto en mí como a mi alrededor... El mes se acaba, toca hacer balance. Bye, bye, October; Hello, November! Eres uno de mis meses favoritos del año... espero que no me decepciones. 

Y es que 2010 se está escapando tímida y, a la vez, velozmente. Me da vértigo pensar en que éste ha sido un año lleno de cambios y muy, muy extraño. Muchos hemos abierto los ojos respecto a los temas más insospechados, y nuestras vidas han cambiado tras ello. Pero ahora no es el momento de hacer inventario, ya llegará el día.

Ahora mismo son casi las 4 de la mañana... pero me siento mejor. Incluso bien. No sé si lo tendrá, pero... será que sigo embargada por ese sentimiento que, casi dos años después, me sigue transmitiendo ese álbum.




Llega, llegó soledad.

lunes, 25 de octubre de 2010

Puntual como siempre, llega sin avisar. Una madrugada más se le presenta ante sus ojos. Igual que cada noche pero distinta a cualquier otra. Para variar, su cabeza no deja de dar vueltas. Con cada pensamiento aún más confuso que el anterior. No le apetece pedir ayuda, no porque le disguste, sino por no tener costumbre. Le resulta más fácil quedarse sola, desahogarse sola, escribir sola y reflexionar, nuevamente, sola.

Quizás son demasiados los recuerdos que la hacen explotar noche a noche. Con sus tristes ojos empañados como ese cristal, ve la vida pasar. Ve el tiempo correr velozmente. Ve los trenes pasar uno a uno. O, en su defecto, autobuses. Siente que las oportunidades se le escapan de los dedos, que sus sueños son tan frágiles como pompas de jabón. Que lo tiene todo sin poseer nada. Se siente desaprovechada, se siente culpable por no apreciar lo que se le va presentando en su camino. Quizás nunca supo cómo. Quizás está tan habituada a menospreciarse que ya no sabe ni lo que sabe, quizás tenga razón, quizás… quizás.

Y su espiral sigue girando noche tras noche. Quiere ser feliz, y aparenta serlo, pero hay algo en su interior que se lo impide. Hay cosas que día a día la desilusionan, la ilusionan y la vuelven a desilusionar. Ni ella misma sabría explicarlo… Es muy compleja la sensación de querer hacer todo bien, de echar el resto por lo que haga falta… pero al final solamente conseguir sentirse en deuda y a la vez insatisfecha. Porque decir lo que piensa nunca sirvió de gran cosa, y expresar lo que siente aún menos. 


No lleva muy bien eso de que todos en el fondo estamos solos, sólo que unos lo están más que otros. Al igual que tampoco acepta eso de que el mejor amigo de una persona siempre sea uno mismo…


Simples detalles, simples gestos que con cierta nostalgia sólo valora ella. Pequeños instantes en los que es feliz a cuentagotas, pero dándose cuenta de que a su alrededor nadie la entendería. Sensiblería barata pensarán muchos. Carácter frágil. Pero eso no le importa, aunque se trate de esa misma sensiblería la que la está destruyendo poco a poco.
Le duele. No puede evitarlo… Sería tan fácil mirar a alguien sin esperar nada… sin sentir quién sabe qué. Pero le supera. Sólo siente dolor en lo que debería haber ilusión, porque ya no sabe qué fue de algo que llaman amor. Creyó tocarlo, pero sólo fue un espejismo. Quizás no tuvo suerte… quizás ocurrieron tantas cosas.
Aún así, es incapaz de tratar a alguien con total indiferencia, de dejar a un lado sus sentimientos… aunque se lo merezca. Algo que a veces le pesa. Y es que debería aprender a hacerlo más a menudo.

Quién sabe si ahora está soñando o no, lo que sí se siente es cansada… Se cansó de sus te quieros no correspondidos.

Aunque intente no pensar, no puede disimular que espera algo sin saber qué. Que espera, que desea que a alguien le importen esos simples detalles, esos simples gestos… pero como antes dije, cómo recibirlos si hasta ahora sólo los valora ella. 

Su consuelo es el futuro, aunque hace poco la convencieran de que el tiempo es el mayor enemigo de una persona... Y, en parte, es cierto. Con el tiempo cada persona se descubre realmente, con sus virtudes y defectos, con sus mentiras y con sus verdades… Por ello, para no sufrir, es mejor callar… ¿Mentir? Al menos aparentar. Aparentar ser una persona fuerte que no le importa más que su bienestar, que no le importa no recibir cariño y que se ríe de los te quieros no correspondidos. Es mejor reír por nada y sonreír por todo, no mostrar un rostro triste o unos ojos empañados. Darlo todo y que dé igual. Evitar sus cómodos silencios para no volver a incomodar. Evitar lo que creó para que no la acaben evitando. Así no sufrirá. Así no sufrirán.


Prefiero no ser yo para así conseguir lo que siempre esperé siendo yo.


(…)


2:11 am. El lado en el que esconde bastante bien su responsabilidad empieza a salir a flote, por lo que será mejor descansar y reflexionar sobre el rumbo que están tomando sus largas y vacías noches… mientras intenta dormir. A la espera de que mañana le traiga algo bueno que coleccionar.

Empty place

martes, 19 de octubre de 2010

Regálame la silla, cansada de la esquina, donde te esperé... 

Mientras, espera solitaria a que alguien ocupe su lugar. Ese lugar que un día hallé cubierto de risas, pero en el que ahora sólo habita silencio. Ese mismo silencio que se encarga de ocultar interrogantes que nadie se atrevería a responder. 
Quizá por ignorancia, quizá por miedo. Sólo sé que al sentirme sola, sentí vacío, pero no soy capaz de encontrar un por qué que lo explique. Pero no me permití caer, sonreí tenuemente y me dejé tocar por ese rayo de esperanza, dejando volar mi pensamiento.
Me sorprendió el verlo volver cabizbajo al no encontrar compañía en el horizonte. Me obligué entonces a ser positiva, y lo máximo que alcancé fue el intento de acostumbrarme al vacío que deja la ausencia.



Porque su ausencia es un infinito vacío que nunca llegaré a controlar.






PD: Aun a riesgo de que suene meláncolico...

Ahora

domingo, 17 de octubre de 2010

Sentirse querida es una sensación que olvidaba por momentos. Como cualquier persona, como cualquier mujer, necesitaba sentirse querida, sentirse deseada. Lo más cerca que estuvo de esa situación queda ya lejos. Queda ya tan lejos que ni quiere recordarlo, prefiere no revivir viejas heridas que vendrían después.
Tiene personas en su vida que seguramente la aprecien o, incluso, la quieran… Pero busca que alguien se lo demuestre de tanto en cuando. No por nada en especial, sino por si alguna vez se acaba convenciendo de que es cierto. O quizá simplemente porque sea el ser más sensible de los que se puedan encontrar normalmente.
Últimamente, aunque su subconsciente le mande constantemente flashes con recuerdos que ella quisiera olvidar, intenta no tomárselos muy en serio. Es un tema que ya no le afecta como en antaño, pero tiene miedo de volver a perderse entre esos recuerdos.

Sin saber cómo ha venido, te ha cogido la tormenta... Cada vez se siente más identificada con su pobre soldadito.

Sólo quiere quedarse con que todo lo que pasó, pasó sin más. Ella fue la que más perdió, sobre todo tiempo de su vida. Mataron sus cien últimas mañanas sin saber por qué... Pero, tarde o temprano, era evidente que acabaría abriendo los ojos, dándole así su justa relevancia a aquello que pudiera tenerlo. 

La vida, la de cualquier persona, puede mejorar o empeorar siempre, pero somos nosotros los que tomamos la rienda.
Si nos hundimos, es nuestra culpa... Pero una vez que caigamos y no nos volvamos a levantar, será el final.
Fuerza, espíritu, energía... Seguir adelante frente a todo. Y que el tiempo pase, llegue el olvido y pueda sentirme libre. La amnesia de los momentos que nunca vivimos es la locura de los recuerdos de la realidad.


~~


Ahora es cuando todo se empieza a asentar en una calma relativa, porque el camino nos ha ido situando a cada uno en una dirección distinta. Ahora es cuando quiere, puede y sabe ser positiva. Debe serlo. No puede arriesgarse a malgastar su valioso tiempo de nuevo. No puede empezar otro bucle, tiene que estirarlo en línea recta y seguirlo sin desviarse. Es ahora cuando no puede permitirse tener más ilusiones que la de levantarse todas las mañanas para ver amanecer. Es ahora cuando... cuando simplemente no puede hacer otra cosa.

Quiero estirar a muerte todo el tiempo a su lado, convertir las horas galgas en caracoles cojeando…

...Pero no va a ser fácil limitarse a no hacer otra cosa, sobre todo si en momentos como éste, le da por pensar en un nombre mientras ve la luna esconderse en el horizonte, o mientras se enamora de frases que quisiera que se las dedicaran algún día. Es algo contradictorio, grita que no quiere ilusionarse mientras que su interior le pide a gritos que sí, como si necesitara agarrarse a ese sentimiento. Lo mejor será pensar y aclararse… aunque es algo inconsciente, no contaba con ello. Dicen que es un hecho inevitable, que no puede regirse por la razón. Y es por ello que ela no puede evitar anhelar cada imposible como si fuera lo más valioso en su vida, sin darse cuenta de que lo único importante y que nunca la abandonará será ella misma… 




Dejadla. No hace caso… Ella quiere sentirse querida, desea sentirse deseada. Ahora con una diferencia, que esta vez ojalá fuera algo sincero.

A mis pies mi ciudad...

viernes, 15 de octubre de 2010

Sensaciones extrañas desbordan una simple habitación, en la que cada vez me siento más pequeña.

Necesidades sin sentido, recuerdos vacíos y risas contenidas. Al igual que las ganas de volar, aunque no sé de quién agarrarme para ello.

No quiero nada, no sé qué espero. Ilusa esperanza que se me presenta sin llamar. Es posible que todo pase porque sí, que todo esté escrito o que todo cambie sin más. La respuesta... no preguntarse el por qué. Ni el por qué de que solamente escriba tonterías, ni el por qué de no saber aprovechar el momento, puro, simple. Ese momento, sin buscarle relevancia alguna. Porque todo pasa sin más, todo lo que llega se va. 

Y no hay que darle más vueltas, no vale la pena vivir anhelando algo que por mucho que puedas esforzarte, no llegaría. No siempre querer es poder. Y si pudiera, querría… Ya ves que lo mejor sigue siendo el no preguntarse el por qué.


Es igual

miércoles, 13 de octubre de 2010



Había cambiado el escenario desde la última vez que se puso a reflexionar, casualmente en otro día lluvioso como hoy, pero siendo éste más mágico que ninguno. Esta vez era distinto, pero a la vez no había cambiado nada. Al menos en ella.

Hacía tiempo que esa nueva etapa que se obligó a iniciar había comenzado, esperando sentirse mejor parada. Ahora no lloraba tanto cada noche, sólo lo hacía en noches como hoy. Ahora, se encontraba en un lugar más íntimo, en el que sólo ella podía encontrarse a sí misma. Aquel que le traía tantos y tantos recuerdos. Directa o indirectamente, gracias a aquellas paredes había pasado los mejores y los peores momentos de su vida.

Para relajarse y calmar ese cúmulo de sensaciones, le relajaba posarse horas y horas frente a su pequeña gran ventana, donde de noche podía divisar un impresionante e inmenso paisaje digno de su Granada, acompañado de un horizonte lleno de luces. Desde la más pequeña, la más lejana, a la más cercana. Daba lo mismo, ella se entretenía igualmente en verlas. Sentía así tener algo de control sobre lo desconocido, teniéndolo todo tan a su alcance. Pero sólo era un espejismo, una ilusión; un consuelo para tener algo de lo que preocuparse, ya que ni ella tenía control sobre sí misma. O, simplemente, para tener algo.


¿Por qué? ¿Qué se supone que estaba haciendo con su vida?


Volviendo a la realidad, no quiere que nadie vuelva a romper ese caparazón que tuvo tantos años y que un buen día, gracias a un sentimiento, por aquel entonces llamado amistad, se rompió y le abrió al mundo. Había sido feliz, pero también había conocido al señor Falso Amor, y a las señoras Hipocresía y Mentira, acompañadas de su hijo Sufrimiento. Así pues, la balanza se inclinaba a favor de su caparazón. Iba ganando el no querer querer al dejarse llevar. Iba ganando la razón a su supuesta insensatez de complicarlo todo inconscientemente. Al fin y al cabo, a la hora de la verdad, las circunstancias le habían enseñado que sólo ella y sus pensamientos acababan siempre juntos. Eran los que nunca la habían abandonado en el camino.

(…)

A lo largo de esa panorámica nocturna de la ciudad, muchas luces se encendían, otras parpadeaban... pero muchas otras se apagaban. Como una estrella errante que, sin vida, deja de brillar. Nació para eso, pero ya ni siquiera sabe cómo alumbrar. Tal vez por eso nunca llegó a ser una verdadera estrella, por mucho que así la pudieran denominar.

Sería preocupante limitarse a ver el mundo tras el cristal, a ver su querida y fría ciudad sin adentrarse en ella. Pero desde hace una temporada estaba siendo así. Pocas cosan la distraían o la sacaban de su rutina de pensamientos, apuntes, trabajos y deseos de futuro. Y una de las cosas que lo hacían, no quería que lo hiciese. Paradoja, sí. Porque ahí estaba: su pobre y maltrecho caparazón volvía a hacer acto de presencia. Se quejaba de las muchas puñaladas que lleva ya a su espalda, aunque sea aún mucho sufrimiento el que le seguirá acompañando. Y aunque así fuera, ella no lo escuchaba. En el fondo, no quería sentirse sola. Pero así se sentía. Por encima de todo, lo que quiere es tener a ese alguien de quien muchos han disfrutado en alguna ocasión, todo eso antes de que la campana dé la señal de su vigésima primavera en este mundo.
Podría estar rodeada de gente, sentada escribiendo frente a su ordenador o posada junto a su ventana, que realmente estaba y se sentía sola. Eso no iba a cambiar.
Sentirse querida es algo que ya ve tan lejano… al igual que lo ve lejano si echa la vista atrás. Aunque ese querer en realidad fuera falso, los recuerdos están ahí. Ahora sólo quedan heridas o ya cicatrices de él, pero ni siquiera se atreve a que nadie la ayude a cerrarlas. Podría ser miedo… miedo a volver a empezar el círculo.

Es un círculo vicioso que no para de girar. Es algo que no entenderían todos. Pero así es la vida.

(…)

En un descuido, dejó de pensar. Se percató de su reflejo en el cristal. Miró. Pero no sabría describirse sin buscar un calificativo negativo previamente... ¿Y el por qué de esa desconfianza en sí misma? Posiblemente actualmente no se sentía reflejada en ninguna otra persona más. O porque la confianza ya depositada acababa intocable o se la devolvían con intereses al 150%. 
Para eso mejor no dar. Maldito caparazón, vuelve a las andadas…
O malditas ella y esa estúpida sensación de no sentirse confiable para el resto.
Y es por eso que tiende a sentir que la única persona que podía comprender todo lo que le pasaba y estaba pasando sólo podía ser ella misma. Y quién podía hacer algo para cambiar, era también ella.
En su cabeza retumbaban sus palabras dichas días antes… De un día para otro todo puede cambiar. Pero a la vez nada. 


Y volvió a pensar, anteriormente dejó una pregunta pendiente. Lo políticamente correcto, respondería ella. ¿Lo que había que hacer es igual a lo que quería hacer?


…Es igual. Nadie podría entenderla.



Pero estoy bien

sábado, 9 de octubre de 2010

No quiero, pero quiero, pero como no quiero, al menos hago cosas como si quisiera.

Bloqueo mode on. No sé con quién desbloquearme y/o desahogarme, ya que ninguna idea parece buena. Estoy bien... pero en el fondo algo asqueada... Yo y mi estúpida insensatez de no saber por qué inconscientemente lo complico todo. 
Supongo que lo mejor será enfrentarme a ella. No quiero volver a entrar en la misma espiral sin salida.



De un día para otro todo puede cambiar. Pero a la vez nada.

By WO Designs. Con la tecnología de Blogger.