Feliz 2011.

viernes, 31 de diciembre de 2010





Si hubiera una palabra para describir al 2010, sería sorprendente. Se me hace imposible abarcar y resumir todos los intensos momentos vividos en tan sólo un año... pero dicen que lo mejor siempre es comenzar por el principio.
Tal día como hoy hace un año, pedí tres deseos, los que consideré más importantes en aquel momento. El primero, poder continuar lo que dejé pendiente con una persona antes de Navidad. El segundo, no separarme nunca de una de las personas más importantes hasta entonces. Y el tercero y último, conseguir sacarle partido a lo que estaba estudiando.
Para empezar, este año, como pocos comprenderán, no pediré ningún deseo. No porque los anteriores poco a poco se fueran yendo al traste, sino porque ahora mismo no necesito más. Necesito todo lo que ya tengo.
Pero para haber llegado hasta aquí, he tenido antes que subir 365 escalones. A veces a duras penas, otras con buen ritmo, y muchas otras tropezándome una y otra vez con un mismo escalón.
Porque todo comenzaría con el frío. Cuando creí que podía encontrar calor, me vi sola en mitad de la fría y lluviosa ciudad. Me vi inmersa en un laberinto de sentimientos y emociones frustrados, tirando por la borda meses en los que descuidé lo que no debía. Y así pasaron tres meses…
Y después de un invierno malo, la primavera no podía ser menos. Me refugié en los brazos de quien intentaba curar las heridas de un corazón roto, ignorando que tiempo después volvería a resquebrajarse doblemente gracias a él. Me eché una primavera más a la espalda sin pena ni gloria, ya que del mes de mayo de este año no destaco precisamente mi nacimiento… sino que un primero de mayo marcaría el pasar de los días de 2010. Y llegaría el verano… marcado por los descubrimientos y los afianzamientos. A principios del mismo, decidí poner punto y final a una situación insostenible, ya que, a mi humilde entender, una amistad no se puede alimentar de mentiras. Y esa fuerza que tuve para hacerlo se la debo a alguien muy importante, cuyo año, desgraciadamente, tampoco ha sido un camino de rosas. Pero, por muchas cosas que nos pasen a ambas, nunca olvidaremos el verano del año 2010… Fue el verano del afianzamiento de nuestra amistad, de emprender nuevos proyectos y de unirnos a quienes luego darían bastante de que hablar… Un camino de Santiago, unas calurosas mañanas balanceando, un Sábado para la historia, una sonada apuesta… y un sinfín de momentos para no olvidar. Mientras yo… luchaba por aparentar una felicidad inexistente, ya que día a día anhelaba un espejismo, algo que pasó y que no volvería a ocurrir. A una persona que fue importante, pero que con cada palabra ya me dañaba.
Y así pasaban los meses, cuatro meses y medio para ser más exactos. Se fue otro verano más, y llegaría Septiembre. El mes del cambio, como así lo quise denominar. Y, proponiéndomelo, así fue. Creo que fue el mes que mejor escribí de toda mi vida, supongo que porque creí que ya no me quedaba nada más. Pero estaba muy equivocada… porque debo dar las gracias a quien estuvo ahí en ese momento. El 25 de Septiembre marcaría ese antes y después que tanto estaba esperando. El mejor concierto de mi vida, con las dos personas que más quiero de ella.
Y ese antes y después, lo completaría Granada… Una nueva carrera, pero las mismas inseguridades de siempre en una misma ciudad. Con la diferencia de que ni en mi propia casa, por un motivo u otro, me sentía cómoda… aunque luego en Granada también me empezaba a sentir bastante sola. Mi ubicación era una silla encerrada en cuatro paredes, y mi mayor distracción era un portátil. A veces me preguntaba qué había sido de aquella loca que se apuntaba a cualquier plan, por muy aburrido que fuera. Sin embargo, en esos momentos, lo único que me arrancaba una sonrisa estaba a través de una pantalla.
Pero, por muy sola que creía que este año iba a estar allí, en mis cuatro paredes, no me ha faltado ese apoyo que, sin decirlo, siempre he necesitado cerca. Y gracias a él, tengo miles de momentos que recordar de este invierno, miles de risas y miles… ¡de canciones! Y espero que en este año que comienza también sea así.
1, 2, 7, 12, 14, 25, 28, 31… hay mucho escondido tras estos días del año. Más de lo que podría verse a simple vista.
Porque ha sido un año… que me deja igual que empezó, con muchas sorpresas. Se está despidiendo con una Navidad diferente, con una cena que no olvidaré y con unos entrañables regalos que no han dejado indiferente a nadie. Siendo algunos demasiado importantes como para poder ser capaz de hablar de ellos como si tal cosa.
Y aquí me encuentro, a 31 de diciembre del 2010, a cinco horas de empezar 2011. A cinco horas para esas últimas doce campanadas de 2010. Y es que así se ha ido 2010, y así ha sido como ninguno de los deseos de aquella ya lejana Nochevieja de 2009 se ha llegado a cumplir.
Pero justo un año después, recuerdo como hace años atrás me dijeron que se puede querer a alguien desde siempre y sin saberlo, hasta que llega ese día en el que abres los ojos. En ese entonces no lo entendí, ahora sé muy bien lo que querían decirme.
Aunque, sinceramente, no sé qué pasará este año. Ni siquiera sé qué pasará esta noche. Sólo pienso en seguir adelante y quedarme con todo lo bueno que me ha traído 2010, que ha sido poco pero inolvidable. Quiero seguir luchando por mis ilusiones, seguir arrancando una sonrisa a los que más quiero y conseguir que se hagan realidad muchos sueños compartidos. Y que en estos 365 días, el miedo no me impida sentirme tan feliz como me siento en este instante.






Feliz 2011.

Algo por saber

En este momento me veo con la obligación de volver a hablar, sin ver aún claros los derroteros por los que esto que escribo irá.

Al menos quisiera expresar cómo me siento a un día de acabar el año, a un día de darle fin a una década. Y es que no sé qué ha pasado para haber llegado hasta aquí, hasta esta situación. Nunca lo pude haber imaginado y... creo aún me cuesta creerlo. Estoy muerta de miedo, quería que esas palabras fueran ciertas y ahora sólo sé que me asusta que lo sean. No sólo porque ellas esconden, sino porque creo que aún no estoy preparada. Y mis sentimientos tampoco. Es más, ahora mismo los desconozco. Quizás sería conveniente sentarme a pensar en ellos... Pero lo pienso, y me sigue dando miedo. Nunca he tenido lo que he querido, y se me hace raro que ahora pueda ser así. Porque no sé ser lo que nunca fui, porque no sé dar lo que se me podría pedir. Porque hasta ahora ha sido así, y me da igual repetir que no entiendo qué has podido ver… 

Y cuanto más pienso, más miedo aparece... porque no quiero que cambie nada, porque no sé si quieres que siga siendo yo, porque no sé si vas a alejarte por que lo sea, porque no quiero que te alejes, porque no quiero hacer ni el más mínimo daño, porque eres demasiado importante... y más porqués que ahora mismo se me escapan, pero que podrían resumirse en uno solo. Alguien me dice que ande con pies de plomo, porque he tenido suerte… porque ese alguien opina que si yo soy la persona más maravillosa, él es el más maravilloso del mundo.



Y lo que veo venir es que se me va el año al igual que vino, sin poder ser clara conmigo misma ni con los que me rodean. Y es por eso que no quiero pronunciarme hasta que yo misma saque algo en claro, no siendo consciente si así en realidad hago todavía más daño. Siento si es así… Y todo porque tengo miedo, y miedo de no tener nada claro.

No sé...

martes, 28 de diciembre de 2010

Aunque hoy sea 28 de diciembre, no quisiera que se me tomara a risa. Porque no sabía dónde desahogarme, así que elegí un sitio íntimo donde hacerlo.
Me siento demasiado y sorprendentemente extraña. Una parte de mí se siente estúpida. No sólo por haberme comportado así, sino por haberme ilusionado con mi propia mentira. Puede sonar raro, pero algo por dentro se agarraba a que todo lo que pasaba era cierto, a que todo lo leído era algo sentido. Pero luego volví a la realidad, y fue como un jarro de agua fría. Y lo que más me dolió es que no sólo lo fuera para mí. Fue ese momento de frustración, en el cual no sabía qué hacer, el que me derrumbó. Junto a unas palabras que retumbaban en mi cabeza durante una interminable noche... Y junto a una respuesta en el aire.
No es que me haya creído mi propia mentira, sino que ésto sólo ha sido la gota que faltaba para ver el vaso lleno. No siento nada más allá de lo ya sentido, pero ni siquiera sé qué estoy haciendo.
Y no podía aguantarme a hablar otro día, así que lo hago hoy pese a que haya gente que no lo crea.

No importa. Ahora es a mí a la que no le gusta hacer bromas. Y no sé por qué.

En mi nube azul

viernes, 24 de diciembre de 2010

Qué se le va a hacer, un año más que nos deja. Pero no será el único, también sus vivencias quedarán en él, en el pasar de los días... que cada vez más veloces. Hoy, 19 de diciembre, me doy cuenta de que, desde tal día como hoy hace un año, mi vida ha girado 360º. Es posible que yo misma también haya cambiado, no sé en qué sentido ni en qué podría verse traducido, pero lo que sí es seguro es que la esencia seguirá aquí por muchas cosas que ocurran, por muy 2011 que se nos esté echando encima.

No quiero pensar en si mi mundo ha cambiado para bien o para mal, en todo lo que he podido dejar en el camino o en aquello en lo que me he impulsado para sobrevivir a este ajetreado 2010. No quiero, porque al fin y al cabo, la vida está hecha para vivirla, teniendo presente que todos esos altibajos podrían darse en cualquier momento u otro. 

Porque si llueve, tarde o temprano saldrá el sol. Y si caes, siempre habrá un motivo para levantarse.

Por suerte, de una forma u otra lo he tenido. Vivo el día a día, aunque ahora mismo con una importante diferencia. Ahora los disfruto. No es que ocurran grandes aventuras, pero simples detalles, hechos, lugares o palabras hacen que el tiempo rápidamente se me escape, al igual que un suspiro… pero esta vez de ilusión. Fugaz. Como saltar al vacío, como una mirada que se pierde en un firmamento de estrellas. Esa misma me hace grande, aun siendo fugaz.

Porque somos fugaces, porque por mucho tiempo que pase, a mí siempre se me queda pequeño. Porque, a veces, no hace falta nada más que ser y existir. Porque lasgracias se me quedan cortas. Porque, a veces, los caminos se unen en cualquier momento, en cualquier noche de diciembre. Porque, cuando se unen, logran forjar un mismo sentido. Y siguiendo el camino, el viaje se puede eternizar. Porque a lo mejor es por mi culpa, quién sabe si es gracias a ti, pero un para siempre siempre me parece poco tiempo…

Y como no sé lo que me deparará este 2011, no puedo pedir nada más allá de lo que ya tengo. Tampoco quiero ilusionarme con algo que no pueda tener, ni poner todas mis expectativas en algo efímero, como estos meses atrás. Duras dosis de realismo las que ya he tomado, algo más escasas las de cariño. Y por suerte o por desgracia, así se mantendrá el tratamiento hasta el fin de este año. Qué se le va a hacer.

#28

jueves, 16 de diciembre de 2010

Hay personas que esconden mucho, aunque después así se acabe por decir todo. Con otras, ocurre al contrario. Porque siempre se puede decir mucho, pero luego, en el fondo, no expresar nada...

Yo no sé en qué grupo entraría, sólo sé que he mostrado aquello que alguna vez pude esconder, diciendo todo, pero no sé si expresando nada...







Por fin se desveló todo... y antes de lo previsto. 

Qué desahogo, aunque ahora... qué vacío
.



#28

Maratón de lectura

martes, 14 de diciembre de 2010

Dame un grito al oído cuando no tengas amigos,
cuando te pueda la vida cuenta conmigo.
Dame un grito al oído cuando te embargue la tristeza
y tus lágrimas se ahoguen entre mis hombros y tu niebla.

En cada gesto, en cada movimiento,
búscame, te daré la vida;
una sonrisa, una china o una vida,
cuenta conmigo para disfrutar de la vida.

Dame un grito al oído cuando no tengas amigos,
cuando te pueda la vida cuenta conmigo.
Dame un grito al oído cuando te embargue la tristeza
y tus lágrimas se ahoguen entre mis hombros y tu niebla.

Tres lunas sin dormir, no tienes ganas de reír,
el mundo se te echa encima.
¿Qué te sucede?, dímelo
deja de ahogar en alcohol tus penas.

Dame un grito al oído cuando no tengas amigos,
cuando te pueda la vida cuenta conmigo.
Dame un grito al oído cuando te embargue la tristeza
y tus lágrimas se ahoguen entre mis hombros y tu niebla.






Porque fue una canción que te dediqué hace tiempo y que ya creía en el olvido. 

Y es que leyendo y leyendo, me doy cuenta de que no he olvidado ni un ápice de nuestra historia, que con sólo ver una fecha soy capaz de acordarme de cientos de momentos, y que con sólo ver unas palabras sé perfectamente qué es lo que se esconde detrás.

Son ya tantas cosas, tantos recuerdos, tantos momentos, tantas risas, tantos llantos... es tanto ya lo que ha podido cambiar, que a la vez siento que algo en sí no ha cambiado. Y si no lo ha hecho hasta ahora, no lo hará ya, porque más delito habría en hacerlo ahora.

Dicen que las palabras se las lleva el viento, pero las escritas siempre permanecen... para bien o para mal. Es por eso que te digo que yo sí puedo decir con orgullo que no me arrepiento lo más mínimo de todo lo que he podido escribir durante estos años. Porque no me arrepiento de lo vivido ni de mi actitud ante lo que nos ha ido pasando. Distinto es que siga pensando en que podría haber hecho mucho más, sobre todo si hubiera abierto los ojos mucho antes...

Pero en cuanto a lo demás, si volviera a revivir todo lo pasado, lo hubiera hecho teniendo esos mismos ideales. Porque decidí no posicionarme, pero a la vez hacerlo. Porque nada era coherente, por mucho que lo intentáramos arreglar. Y porque nada era justo, y lo sé tan bien como tú.

Vía fotolog o vía escrita, es leer palabras tuyas, y algunas mías, de hace un tiempo atrás y seguir sintiendo impotencia. Incluso aparecen lágrimas, como en esta noche, en la que sin esperarlo, me he dado un atracón de lectura...

Porque aunque ya no importe, quisiera decir lo que pienso de la única forma en la que ahora mismo podría. Y como todo fue tan inverosímil, tan cruel y tan injusto... me quedo corta a la hora de expresarlo. Porque aunque yo sufriera, mi único remedio para tu sufrimiento pasaba por estar ahí, apoyarte e intentar que vieras la luz, esa que a veces dices que tengo. Aparte, creo que era lo mínimo que podía hacer. Y, si lo hice, no tenía más motivo que el de que te quiero antes, ahora y siempre.

En fin, para ese único lector que acabará viendo esto, decirle que ya echo el freno, que no quiero aburrir mucho más. Pero tratándose de las fechas que se acercan, nunca viene mal hacer un inventario, aunque sea de temas pasados...

Y haciendo honor a una frase que dije hace un par de años, acabo no sin antes decirte que aquí estoy, tanto para bien como para mal.


Luz sin gravedad

jueves, 9 de diciembre de 2010




La vida me ha enseñado a que nada es para siempre. Y si hay algo que lo sea, es posible que no lo sepa nunca.

Porque, a cada paso, consigo alejarme de lo que me rodea. Inconscientemente todo cambia para mí. Pero, en el fondo, todo sigue igual en mí. Sigo volcando mis ilusiones en todo aquello que creo, pero lo triste es ver que tarde o temprano acabo siendo la desilusionada. No sé si duele tanto como cansa, pero se trata de algo que no depende de mí. 

A veces intento cambiar, a veces soy fría porque siendo como fui finalmente conseguí ilusiones efímeras. A veces quisiera no pensar en el pasado ni en sus recuerdos, pero si ahora mismo estoy aquí es gracias a ellos. Y a veces... a veces me gustaría ser más fuerte, aunque con ser más insensible me conformaría.

Y con ésto no pretendo que se comprenda a una mente como la mía... una mente que, en mi estado actual, se tranquiliza con una simple muestra de cariño, una relevante tontería que se encargue de paliar mi relativa soledad.




Hermetismo

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Cada vez menos. Eso es lo que queda para unas fechas agridulces para unos y entrañables para otros. Y pese a que ella nunca había tenido dudas, en este momento no sabría decantarse por una opinión u otra. Porque muchas son las situaciones que determinan esta indecisión, muchas son las sombras que nublan su pensamiento.
Y aunque de ella no dependa el poder cambiar nada, apenas se siente con fuerzas para cambiar el rumbo. Ni siquiera el suyo. 

Pero no por ello desiste. No por ello deja de ver el sol cada mañana. Y no por ello deja de sonreír, aunque en el fondo nunca haya dejado de estar rota. Es frustrante que sea así, pero aún más es reconocerlo. Puede también que todo cicatrizara en su día, pero que al mínimo roce, todo consiga revivir con la misma fuerza. 

Sensibilidad dirán unos, debilidad dirán otros. Ahora mismo poco importa ya aquello que puedan decir… 
Porque por mucho que digan, parece que nadie conoce realmente lo que siente. Ni los que se suponen ser más allegados. Persona hermética con sus convincentes ideales y con sus fuertes sentimientos… no por elección, sino por obligación. En verdad, ni ella misma les daba importancia, así que, ¿cómo entonces pretendía que alguien se la diera? 

Pero con el paso del tiempo, siente que nada ha cambiado… que ella sigue igual de hermética que en antaño y que la gente aún no sabe qué se le puede estar pasando por la cabeza. ¿Es que acaso nadie es capaz de apartar esa máscara? Es pronto y a la vez muy tarde para poder afirmarlo, pero los años no pasan en balde. 


Siempre en estado de espera… necesitando un cambio. Quiere mucho, pero a la vez no pide nada. La vida es demasiado abrumadora como para no aprovecharla.


Cuántos años desperdiciados en una espiral de vacío, de hechos sin sentido. De recuerdos, de mentiras, de halagos, de decepciones… de sinsabores.





Bloqueo emocional. Vacío hermético. Cansancio existencial. 

Ese grandioso y liberador final

viernes, 3 de diciembre de 2010

Se supone que me iba a dormir hace un buen rato... pero, como cada noche, decidí ponerme a hacer miles de cosas antes de marcharme a descansar. Y me estoy dando cuenta de que, rápidamente, se han pasado las horas muertas.

Por desgracia, ahora me siento con mal sabor de boca. Entre esas miles de cosas por hacer, me decanté por ponerme a leer. Y no me gusta comprobar hasta qué punto me afectan palabras del pasado, probablemente ahora mismo más que olvidadas. Lo gracioso es que parezco masoquista... quizás por leer cosas que no tendría por qué leer o, simplemente, por leer cosas que ni me van ni me vienen.

Pero... es la consecuencia de dejar constancia y huella de tu pensamiento, que en mayor o menor medida, en cualquier momento podrá volver a quedar presente.

Y es por eso que me asusta el devenir del tiempo. ¿La gente puede pensar un día blanco y con el paso del tiempo pensar completamente negro? Los pensamientos, opiniones e incluso las relaciones son muy cambiantes, sí, es algo comprensible. Pero creo que hasta cierto punto, y por eso me cuesta entender ciertas actitudes, posiblemente porque sea una persona demasiado constante en lo que creo y hago. Aunque qué sé yo, si hasta ahora me he limitado a ser fiel a mis ideales, a ser firme en mis decisiones desde que tengo uso de razón. Así que, al fin y al cabo, no soy yo la más indicada para opinar.

Y me da igual qué piensen, prefiero ser así. Prefiero partirme la cabeza eligiendo una decisión u otra antes que precipitarme a partir cualquier otra cosa, ajena o no a mi. Como decía, prefiero ser así de constante. Y, lo más importante, prefiero ser fiel a mi misma.


No pasa nada. Sé que son cosas que en el fondo ya no tienen importancia. Pero, y perdón por pensar de esta manera, una injusticia seguirá siendo una injusticia sea hoy o lo fuera hace años. Y para mí lo fue.



_________

Liberada me siento al escribir éso, aunque después de (¿tanto?) tiempo nadie lo entenderá o le tomará importancia, y más a día de hoy.

Y liberada estoy también en muchísimos más sentidos. Como decía anteriormente, para tomar una decisión me tomo el tiempo que vea conveniente... y más si se trata de algo así de importante. Por ello, y aunque me ha costado bastante dar el paso, decidí alejarme completamente de una situación que hasta la fecha sólo me había dañado interiormente. Supongo que lo peor vino cuando empecé a dejar de ser yo misma para convertirme en un ser inerte, perdido en un mar de falsedades en el que él me sumergía continuamente. Y las veces que no conseguía ahogarme, al menos divagaba ausente entre los ánimos que tú me dabas.

Por suerte, conseguí abrir los ojos para ser consciente de que no podía abandonarme de esa manera... para ser consciente de que una persona no puede depender tanto de otra, y más si ésta sólo la trata como un simple trapo viejo que puede usar a su antojo.

Y, pese a todo, aún me costaba sacarlo de mi vida... Será mi carácter, pero en cualquier situación siempre cuento con la esperanza de que sea yo la equivocada. Que un día despierte esperando ver que todo había sido una pesadilla, y que realmente ésa era la persona que yo conocí un día. Y no lo que ahora mismo veo...

Pero siempre me gusta sacar algo positivo de todo lo que me ocurra, tanto bueno como menos bueno. Así que supongo que, como de los palos que da la vida siempre se aprende, éste me sirva para mejorar como persona. Al menos, algo que tengo claro es que esta decepción me ha hecho más fuerte, porque supone la segunda que se me viene encima en muy poco espacio de tiempo. Pero también es cierto que mentiría si dijera que volvería a confiar en alguien como lo he hecho hasta ahora... Me siento bien, con ganas de seguir adelante como siempre. Sin embargo, a la vez me siento muy distante con la mayoría de los que me rodean. En parte puede resultar lógico... pero me incomoda en el sentido de que yo realmente no soy así. Necesito sentir calor, cariño, apoyo... sentir compañía. Probablemente, la que en la mayor parte de mi vida no tuve y en el fondo necesité. Pero qué importa ya... supe también lo que era estar rodeada de gente, y a cuál mayor traidor cada uno. Por eso, ahora no necesito más que personas insustituibles, que me han demostrado todo y más, que podría contar con los dedos de una mano (y me sobrarían dedos) y a las que quiero con todas mis fuerzas, pese a no demostrarlo todo lo que me gustaría.

Así que, en definitiva, prefiero estar tal como estoy actualmente. Aunque a veces no obtengo lo que pido, tengo todo lo que buscaba. Necesitaba un cambio, y la vida me lo concedió. Necesitaba encontrarme, y lo hice en medio de una gran ciudad. Necesitaba un apoyo, y el cielo me trajo dos. Necesitaba ilusionarme, y el día cada vez me regala una sorpresa nueva por vivir en la ciudad alhambrada.



Por todo ésto, por mucho más, vale la pena afrontar con decisión el último mes que queda del año. Un año completo, un año de cambios, cuyo inventario se avecina cada vez más y más complejo..

Because...

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Podrá ser tu imaginación la que te juegue una mala pasada, podrán ser los recuerdos los que te reafirmen en tu idea. Podrán ser los fantasmas del pasado los que te hagan rememorar miedos ya enterrados. Podrá tu inseguridad ser más fuerte y vencerte la partida. Podrás no ser consciente de lo que te rodea, y no saber quién está contigo y quién no. Podrás perder todo eso simplemente por dudarlo. Podrás hundirte en el más profundo de los pozos. Podrás tener ayuda, que sin la tuya servirá en vano. Podrás levantarte y luego saber seguir, que tendrás la esperanza de si vuelves a tropezar alguien te podrá recoger. Podrás estar solo, pero eso sólo será lo que tú creas, no la realidad. Podrás ser feliz, no sin esfuerzo o sin paciencia. Podrás reír intensamente, que tus ecos se oirán con tanta fuerza como para hacer sonreír al otro. Podrás llorar, que habrá alguien que te cubra de esa lluvia. Podrás encerrarte, pero te perderás los pequeños instantes, donde dicen que se encuentra esa felicidad. Podrás llorar, que el Sol igualmente acabará saliendo cada mañana. Podrá cegarte una estrella, o podrás seguir mirándola para seguirla al fin del mundo. Podrás enamorarte, pero también podrán volver los fantasmas ya nombrados. Podrás volver a querer, pero ahí estará esa frustración si no recibes ese mismo cariño. Podrás recaer pues. Podrás inmunizarte a ello, pero por mucho que lo hagas no podrás dejar de ser tú. Podrás querer un abrazo, que cueste lo que cueste lo conseguirás si te lo propones. Podrás ir de menos a más, que siempre será mejor que ir de más a menos. Podrás morir, pero a cambio habrás vivido.


Podré vivir pudiendo ocurrir todo eso y más. Porque quiero, puedo y sé.








______

~La respuesta al texto, aquí

Ángel II

Seremos un suspiro antes del final, un ruido en el vacío, un abrazo frío en la inmensidad, cuando se apague la última estrella...


Unas mismas palabras retumbaban en su mente. Tanto era así, que cuando se puso a escribir, fácilmente brotaron una tras otra. 

Pocas personas entenderían lo que estaba escribiendo. Bueno, mejor dicho, pocas personas entenderían qué transmite realmente lo que ella escribía. Pero, en un sinfín de palabras, a simple vista sin nada en común, estaban resumidos los últimos años de su vida. Infinitud de recuerdos provocaban emociones en ella. Alegrías, tristezas, desánimos y decepciones pasadas, esperanzas futuras... y todo ello gracias a inolvidables sorpresas, detalles únicos, lugares especiales, mágicas redes, multitud de simbolismos...

Porque en estos últimos años había pasado de todo, aunque a la vez nada, pero, de mientras, un lustro. Su mente daba muestras de tener un mayor grado de madurez, quién sabe si por todos los errores, por todas las decepciones o por todos los triunfos del pasado. Sentía que el tiempo volaba, sin hacer nada por ello, ya que la vida le había demostrado una vez tras otra que la felicidad siempre está en los momentos más inesperados.

Y es este momento uno de los más inesperados para ella. Su paz interior pero, a su vez, su energía desbordante, unidas a unas insaciables ganas de avanzar, predicen que su rumbo vuelve a estar inalterable. Porque alejándose, acabó encontrándose. Ése era su cometido, y también del de la persona que más la conoce. Y aunque siempre acabe subsanando la deuda monetaria, le debe ya demasiado. Es por ello que, pensando ya en las fechas que se acercan, cualquier detalle, después de todo, ya le resultaría algo escaso para dar. Al menos debido al cariño puesto en ello, esperaba que de buena manera fuese recibido, como todos los demás.

Porque a veces las palabras adecuadas en el momento idóneo, valen más que cualquier regalo material.


~...esa luna que crece cada noche en compañía de su inseparable estrella.

~Aunque éste sea largo y estuviese a oscuras, ahí siempre estaba la luz. Su luz. Una luz que recibe, que la alumbra en los peores momentos, pero que ella no es capaz de emitir.

~…A esas luces sólo le debes que alumbren a una estrella como a tí, que ve la luz de los demás...Y no se percata de que ella brilla aún con más fuerza.

~Sólo tenía que volver a descubrir que sus alas no estaban rotos, que su luz no se había extinguido, y que su cielo seguía esperándola. Porque un ángel no debería sufrir tanto por un demonio.

~El tiempo es un gran sabio, y eso ella lo sabía. Un mudo testigo, un aliado crucial. Ese mismo que le había enseñado que a su historia le esperaba todavía un grandioso final, pese a lo que ella misma pudiera pensar.

~Y el ángel sonrió, porque una estrella había vuelto a brillar en el cielo.

~Nunca me cansaré de darte las gracias.

~Gracias por ayudarme a pasar los días bastante mejor y a hacer que ellos tengan siempre algo para recordar. Eres la única persona con la que paso horas y horas y todas me parecen pocas :) Y es que echo la vista atrás y al ver quién ha estado ahí... entre todos estos años, en la mayoría de momentos de mi vida apareces tú. Ya sea en los buenos, o los peores... pero nunca te has cansado de mí.

~No una amistad cualquiera, ni una que digas "¡Hey! Cuánto tiempo". No, es de esas amistades que se cultivan día a día, sin temblarnos el pulso, apoyándonos en todo, compartiendo miles de millones de risas, y a la vez miles de millones de lágrimas.

~Y ahora es cuando vendría el momento de decir los típicos y sentidos amigos para siempre o te quiero, pero creo que eso es algo que queda mejor demostrándolo día a día. Aunque eso no quita que indirectamente ya te los haya dicho…

~La noche se marchará... Y amanecerá en esa playa como siempre lo ha hecho en tu vida.
En ese puro instante, vivirás todo lo que quedó atrás disipando en el olvido de la luz los oscuros momentos de una vida que siempre mereció ser feliz.
Y entonces, sobre aquella arena olvidada, te dejarás llevar a tu propio fin... sintiéndote más viva que nunca.

~Reminiscencia tardía de un flash rescatado en el pasado de unos sueños que nunca vieron la luz.

~A veces, con una palabra se dice todo. Resume todo sentimiento y deseo. Y es entonces cuando es creada una unión mediante simbolismo, aunque ella ya existía sin necesidad de objetos...

~Porque este insensible... sabe de la sensibilidad las razones que el corazón desconoce. Porque este insensible dejó escapar las lágrimas para sustituirlas por palabras con las que continuar... Con las que dar ánimos cuando la otra persona se ahogaba en su propio llanto..

~Ahora me siento mejor. Incluso bien. No sé si lo tendrá, pero... será que sigo embargada por ese sentimiento que, casi dos años después, me sigue transmitiendo ese álbum.


~Porque quiero, puedo y sé.

__

Porque eres tú y nadie mejor que tú.





Historia de un renacer

sábado, 27 de noviembre de 2010

El tiempo es un gran sabio, y eso ella lo sabía. Un mudo testigo, un aliado crucial. Ese mismo que le había enseñado que a su historia le esperaba todavía un grandioso final, pese a lo que ella misma pudiera pensar.

Ése que le dio fuerzas para alejarse en el momento justo. Cuando creyó que ése sería su agónico final, cuando lo daba todo por perdido. Cuando lo que quería era levantarse... y solamente conseguía volver a caer.

En ese preciso instante, ocurrió.

Porque ése era su inagotable infierno. Se escondía detrás de una angelical mirada, detrás de unas palabras vacías, detrás de unas intenciones malintencionadas. Pero ella no era consciente de nada... ya que no era capaz de ver más verdad que la de aquellos ojos. Y siempre acababa preguntándose por qué cada vez que tenía ocasión de ganar, acababa derrotada...

...Hasta que un día ganó.

Ese día despertó, pero esta vez abriendo los ojos. Aprendió una valiosa lección. Debía aprender a quererse, a luchar por ella, por todo lo que deseaba.

Ese día le abrieron sus alas con más fuerza... encontrando su propia luz. Porque, aunque no lo supiera, sería eso lo que más necesitara. Retomó fuerzas, alejó las lágrimas de su rostro y alzó el vuelo.

Ahora, más que nunca, deseaba ser ella. Y nadie mejor que ella para olvidar lo que quiso ser, para ganar lo que siempre tuvo.

Porque era la primera vez que se sentía segura de sí misma al pensar que, si volviera a caer algún día, no tendría de qué preocuparse. Ya había ganado mucho más de lo que habría imaginado.

Porque todo había acabado. Y ése había sido su grandioso final.
Porque alejándose, acabó encontrándose.





Sólo sé que no sé nada...

martes, 23 de noviembre de 2010



(Será mejor dejar la noche para dormir... así que me arriesgaré a escribir con la tenue luz del día que trae el día de hoy).

Ahora mismo, escuchando una canción que hacía tiempo que no lo hacía, me ha traído a la cabeza una serie de recuerdos... y, desgraciadamente, recuerdos falsos. Y es que me siento tan imbécil por intentar haberme engañado a mí misma y por haber estado tan ciega...

Pero ya no vale la pena recordar esos momentos, porque ya dudo de qué fue cierto y qué no. 
Y aunque no todo fuera así, ahora nada sería igual. 
Sé que es difícil asumirlo después de todo, pero desde que no estás, la desconfianza se fue de mi vida.



Hoy repasas las imágenes que van
De cielo al suelo intentas subrayar
Lo verdaderamente importante.

Hoy intentas que te traiga sin cuidao
Lo que una vez pensaron los demás
Planeando una huida hacia delante.

Tú, la reina de una fiesta bajo el sol
Necesidad abunda en el amor
La única que baila por los dos.

Una canción que va directamente al corazón
Que te hace olvidar que un día murió,
La edad de la inocencia ya anuncio
Tus labios oscuros del dolor.

Hoy te ríes de quien quiere disfrazar
Tu espíritu, tu estanque en una rubia tonta
que no sabe que es pensar.

Tú, la reina de una fiesta bajo el sol
Necesidad abunda en el amor
La única que baila por los dos.

Una canción que va directamente al corazón
Que te hace olvidar que un día murió,
La edad de la inocencia ya anunció...

Que en la inmensidad sigues estando tú
Y solamente tú sabrás como encontrar
Caminos que abrirás para poder llegar
Siempre a lo mas valioso que tendrás, a tu libertad.

Una canción que va directamente al corazón
Que te hace olvidar que un día murió,
La edad de la inocencia ya anuncio.




_____________________


Me siento con la satisfacción del deber cumplido. Aunque... espero que sea del agrado del que lo reciba...

Por destacar algo negativo, aún queda esperar a que pase una interminable cuenta atrás...

Aunque a lo mejor no es tan negativo. Puede parecer que no, pero, personalmente, noviembre está teniendo bastantes buenos momentos para recordar. Me alegro por ello, ya que tengo la esperanza de que el año pueda acabar igual de bien que empezó.

Porque en este momento... no sé si soy feliz. Muchas preocupaciones que podía tener meses atrás ya se han disipado, dejando paso a lo realmente importante. Pero aún así... sigue habiendo un torbellino de sentimientos y emociones en mi interior, incapaz de ser explicado con palabras. Y, aunque quisiera explicarlo, tampoco lo he intentado, porque no sé si sería bueno hacerlo.

Que sigo teniendo la sensibilidad a flor de piel es lo único que tengo claro. No soy capaz de leer algunos de los últimos escritos míos sin que se me salte una lágrima. Son muchas las situaciones difíciles a las que me he tenido que enfrentar este año, duras esperas que nunca había afrontado antes e inolvidables desengaños a los que me he tenido que sobreponer... 

En parte es normal que todo ello haya dejado huella, teniendo siempre sus pros y sus contras. Porque prefiero pensar en lo positivo que me ha podido traer cada una de esas situaciones, por muy difíciles que hayan sido...




Por un momento creía que me había muerto y había entrado en el cielo…


(…)


Pero he tenido suerte, porque el cielo ha venido a mí.




#28




...Aún sigue sin ser el momento para hacer inventario y/o balance del año que se está yendo :)

Muchas cosas por ver...

martes, 16 de noviembre de 2010

De envidia la luna lloraba al mirar
como a la estrella la querían más... 


______________


Por primera vez en mucho tiempo me siento en calma consigo misma. Es una sensación de paz interior muy agradable, que hace que me olvide por un instante del futuro y de todos esos miedos que me pueda traer.

Porque todo tarde o temprano llega... no hay que buscarle mayor explicación. Y es cierto que me falta algo, ese pequeño vacío que en el fondo siempre estuvo ausente. Aunque es maravilloso ver cómo nace un sentimiento, prefiero no darle más importancia de la que en este momento tiene. Porque siento que ahora mismo es cuando tengo realmente lo que ya creía haber encontrado hace mucho. Y es gratificante saber valorar lo que se tiene sin haberlo perdido antes.

Sólo queda una pregunta más por hacer. ¿Qué es lo que yo veo? A veces pienso que me gustaría escuchar también sin ser yo escuchada primero, pero es algo que acabo callándome. No es simple curiosidad, es interés. Sentirme que puedo ser útil como tantas veces lo fueron para mí. Pero supongo que eso es algo que no depende de mí... no hay que buscarle mayor explicación.

Las cosas surgen, no pretendo forzar algo que no se quiera.

Aún así, si lo digo es porque quiero hacerlo. 
Sólo decir que estoy aquí.



_________________




Porque ya no merece la pena mirar atrás. Al mirar hacia adelante es cuando me doy cuenta de que ya no estoy tan sola. Porque realmente nunca lo estuve. Soy feliz si me siento igual que esa luna que crece cada noche en compañía de su inseparable estrella.









Inactivo

lunes, 15 de noviembre de 2010

Estar ausente del mundo es la mejor manera de darse cuenta de lo que ocurre a tu alrededor. Ves lo evidente y aquello que no se ve. Ves pasar el tiempo, olvidándote de su devenir. Actúas de mero espectador, riendo cuando ríen y callando cuando hablan.

Y aunque sé que eso no es sano, hay días que no puedes disimular más y tu comportamiento se vuelve así de extraño. Pero es como si el tiempo se hubiese detenido ante mí, rodeado de miedos. Miedo de fracasar otra vez, de ver mi sombra frente a la brillantez de otros... Y aunque concretamente no hay un motivo aparente para estar así, indirectamente hay muchísimos. Por eso mismo qué más da, no quiero cansar a nadie. 

Unos dicen que hoy mis ojos denotan tristeza, otros... simplemente no dicen nada. Supongo que así ya lo dicen todo.



Mírame, ¿qué ves? 


Hay un muro que se resquebraja por momentos, y son esos mismos momentos los que también le hacen mantenerse todavía en pie.


Pero mírame... no pasa nada.

Recordando

domingo, 14 de noviembre de 2010

Es posible que se sintiera extraña en aquel momento, ese en el que ni ella misma sabía lo que quería hacer. Por muy a gusto que se encontrara en cualquier lugar, algún motivo había rondando en su cabeza el cual no la dejaba tranquila. Teniendo en cuenta los últimos acontecimientos vividos, era comprensible.

Echando la vista atrás se da cuenta de que hay ciertas heridas en su vida a punto de cicatrizar. Pero ellas han hecho mella no solo en su alma, sino en su carácter. Ha demostrado ser una persona fuerte, pero en el fondo ahora es más débil que nunca. No le gusta expresar sus sentimientos, aunque ahora se ahoga en ellos si no lo intenta hacer de cualquier modo. Es indecisa, porque está segura de que no quiere volver a fallar. Se volvió una desconfiada, o más bien, la volvieron. Le costará la vida volver a entregarla a alguien, porque le quitaron la ilusión de hacerlo de nuevo. Se la quitaron gente que, aunque supuestamente estuvieran a su lado tiempo atrás, no las quiere volver a tener en su camino. Porque interiormente la dañaron, aunque exteriormente no le pasase nada. Gente que no es justa... y aunque esa misma injusticia no sea hacia ella, eso ahora mismo no le importa. Se siente más herida cuando la injusticia va hacia quienes más quiere en la vida. Y se derrumba al no poder hacer nada por evitarlo.

Como tiempo atrás… 

Tiempo atrás tampoco pudo hacer nada, quizá por miedo, quizá por estar cegada. Pero ahora, con el paso de los años, se siente impotente. No debía tener ningún miedo, ya que tarde o temprano el tiempo pone a cada uno en su lugar. Ninguno de ellos se merecía tener esa prudencia y consideración que ella derrochaba, fallando así a quién menos se lo merecía. Y es uno de los lastres que arrastra en su vida… una de las dos cosas por las que principalmente se siente muy culpable muchas veces. Sobre todo cuando se dedica a reflexionar frente a su ventana… Porque… ¿qué hubiera pasado si…? Con una mayor determinación, a lo mejor todo hubiera sido distinto, la verdad hubiera salido a la luz mucho antes… o quizá aún todo seguiría enterrado. Y todos felices… (?)

(Si es que pensar nunca fue sano…)

Y ahora, su mejor consuelo es mirar hacia adelante, ver que en un futuro próximo se irá ese sinvivir navideño y que poco después llegará un nuevo año, cargado de viejas y nuevas ilusiones una vez más. Espera compartirlas con muchas personas… aunque, realmente, sólo tiene en mente dos con las que desee eso de verdad. También, espera que ese pesar y esa culpabilidad se vayan rebajando con el paso del tiempo, aunque ahora mismo sigan intactas en ella.

Recien llegada

Tranquila, pero si no me pasa nada - decía escondiendo sus lagrimosos ojos detrás de unas oscuras gafas de sol.


Pensativa y paranoica inicia un ausente viaje, que acabaría demorándose en el tiempo. Insignificantes e intempestivas lágrimas furtivas lo bañan. Y aunque no era molestia, lo que sí sentía era cierta tristeza. Decía pensar no, pero la intentaron influir con un . Un , una idea cuyas palabras la dolieron, aunque sirviera de bien poco sentirse así. Pero no podía hacer nada para remediarlo, salvo seguir callada... o gritar lo que sentía. Y fue ahí cuando una frustración más comenzaba a pisar a la anterior.

Pero no importaba su sentir, ella siempre acaba echándose la culpa, poniendo todo del revés. Así que todo volverá a un aquí no ha pasado nada. Porque, en el fondo, era así.


Total, había llegado a su destino. Allí estaba sentada de nuevo, siempre en estado de espera. Y se tragó las lágrimas lo mejor que pudo. Tenía que hacerlo.



Porque de qué sirve esperar, siempre es mejor decir un adiós.




By WO Designs. Con la tecnología de Blogger.