Recordando

domingo, 14 de noviembre de 2010

Es posible que se sintiera extraña en aquel momento, ese en el que ni ella misma sabía lo que quería hacer. Por muy a gusto que se encontrara en cualquier lugar, algún motivo había rondando en su cabeza el cual no la dejaba tranquila. Teniendo en cuenta los últimos acontecimientos vividos, era comprensible.

Echando la vista atrás se da cuenta de que hay ciertas heridas en su vida a punto de cicatrizar. Pero ellas han hecho mella no solo en su alma, sino en su carácter. Ha demostrado ser una persona fuerte, pero en el fondo ahora es más débil que nunca. No le gusta expresar sus sentimientos, aunque ahora se ahoga en ellos si no lo intenta hacer de cualquier modo. Es indecisa, porque está segura de que no quiere volver a fallar. Se volvió una desconfiada, o más bien, la volvieron. Le costará la vida volver a entregarla a alguien, porque le quitaron la ilusión de hacerlo de nuevo. Se la quitaron gente que, aunque supuestamente estuvieran a su lado tiempo atrás, no las quiere volver a tener en su camino. Porque interiormente la dañaron, aunque exteriormente no le pasase nada. Gente que no es justa... y aunque esa misma injusticia no sea hacia ella, eso ahora mismo no le importa. Se siente más herida cuando la injusticia va hacia quienes más quiere en la vida. Y se derrumba al no poder hacer nada por evitarlo.

Como tiempo atrás… 

Tiempo atrás tampoco pudo hacer nada, quizá por miedo, quizá por estar cegada. Pero ahora, con el paso de los años, se siente impotente. No debía tener ningún miedo, ya que tarde o temprano el tiempo pone a cada uno en su lugar. Ninguno de ellos se merecía tener esa prudencia y consideración que ella derrochaba, fallando así a quién menos se lo merecía. Y es uno de los lastres que arrastra en su vida… una de las dos cosas por las que principalmente se siente muy culpable muchas veces. Sobre todo cuando se dedica a reflexionar frente a su ventana… Porque… ¿qué hubiera pasado si…? Con una mayor determinación, a lo mejor todo hubiera sido distinto, la verdad hubiera salido a la luz mucho antes… o quizá aún todo seguiría enterrado. Y todos felices… (?)

(Si es que pensar nunca fue sano…)

Y ahora, su mejor consuelo es mirar hacia adelante, ver que en un futuro próximo se irá ese sinvivir navideño y que poco después llegará un nuevo año, cargado de viejas y nuevas ilusiones una vez más. Espera compartirlas con muchas personas… aunque, realmente, sólo tiene en mente dos con las que desee eso de verdad. También, espera que ese pesar y esa culpabilidad se vayan rebajando con el paso del tiempo, aunque ahora mismo sigan intactas en ella.

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