El principio del comienzo

miércoles, 28 de marzo de 2012

Aunque a veces le tenga miedo al pasado, sé que quiero pasar el resto de mi futuro contigo. Quizás porque eres y has sido la creencia más auténtica que he tenido en mi vida. Para siempre. Y es que este amor es un sueño que cobra vida al volver a vernos. 

Porque quiero pasar contigo el resto de veintiochos, sietes o treinta y unos que nos quedan, e ir más allá de aquellos que no vivamos.



Gracias. Gracias por esto, por eso, por todo.

Si el hombre pudiera decir lo que ama

miércoles, 21 de marzo de 2012

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.



Luis Cernuda


21 de marzo, Día Mundial de la Poesía.

Voy a quemarlo todo

martes, 20 de marzo de 2012

El tiempo se adueñó de mi ser, quemando la ansiedad de su devenir. Ahora resulta inútil pensar cómo sería mi vida si no me hubiese marchado de ti. Quizás hubiera sido totalmente distinta a tu lado. Y no me refiero a mi vida, me refiero a mí. ¿Siendo feliz? Un mero espejismo. Imaginé cómo sería cogerte de la mano por cada rincón que pisáramos. Soñé besarte tantas veces al día como tú hiciste esa noche. Intenté tocar cada palabra que me dedicabas en un falso recuerdo. Porque nadie tuvo la culpa de que no tuviéramos los mismos sueños... ni de que tú ni siquiera los tuvieras. Intenté refugiarme en cualquier hombro amigo, pero me limité a despreciar cada gesto en vano. Inexplicablemente, te seguía buscando en todos los rostros que encontraba. De nada funcionó olvidar antiguos puñales de alguien que te creyó mejor que yo.

Paradojas extrañas serán las que te hagan pensar que fuiste tú el que salió ganando. Pero yo me siento ganadora desde hace mucho. Muchísimo. Incluso me atrevería a decir que no cambiaría nada de lo que ahora tengo, porque esta ha sido la recompensa por tratar con indeseables como vosotros. Te descubrí, os descubrí por segunda vez. Y esta vez no seré yo la que se hunda, el mar ya será el encargado de hundir vuestros barcos. Porque no vale la pena, y tú tampoco.

Ahora sí

miércoles, 7 de marzo de 2012

Tengo este día grabado a fuego por ser la fecha en la que furtivamente creció todo aquello que tuvo que nacer.


Hoy es el día en el que te volví a conocer.

Siniestro optimismo

lunes, 5 de marzo de 2012

No tengo inspiración para escribir algo que nunca tuvo que ocurrir. Tampoco tengo razón, ni tiempo, ni siquiera ganas. Porque recordar lo que un día me hizo daño... hará que aflore de nuevo ese mal. Simplemente. 

Son demasiadas las putadas que debería olvidar. Tantas las traiciones, las mentiras, las ofensas... todas y cada una de ellas se unen hoy en mi contra. Todos esos fantasmas del pasado aún tienen un lugar en mi mente. Quizás soy la responsable de no saber quedarme con lo positivo de cada persona que ha tenido la ocasión de pasar por mi vida. De ser incapaz de guardarme vuestro calor en los días que me contagiásteis vuestro frío, o de ni siquiera tener algún segundo que merezca la pena conservar. Porque en lo más profundo quizás sienta que todo fue en balde, que toda implicación se tradujo en un cielo que nunca existió, en un amor que nadie supo afrontar. 

Y, sin embargo, al amanecer teñiré el horizonte con una sonrisa, y maquillaré cada rincón de mi rostro en busca de ilusiones nuevas, esas mismas que algún día convivirán con las viejas. Culpa mía el tener tan buena memoria. Culpa vuestra el albergar tanta maldad en un perfil tan siniestro.

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