Igualmente...

viernes, 26 de diciembre de 2008

Cada vez que miro tus ojos, comprendo que las palabras no son nada, si las comparo con tus miradas...






Hay veces que unas palabras pueden llevarse de un plumazo todos los buenos momentos, todo aquel tiempo compartido. Son capaces de doler tanto que no puedes hacer nada que no sea limitarse a llorar. Por desgracia, esa otra persona no siempre se da cuenta de cómo lo puedes estar pasando por dentro, qué es lo que estás sintiendo y qué injusto puede llegar a ser su comportamiento.

Lo peor es cuando te sientes impotente, cuando cualquier cosa que puedes llegar a decir puede volverse en tu contra o, incluso, hacia otras personas que no se lo merecen.

No saber qué hacer es una sensación que me llena de vacío, ojala pudiera sacar a todas esas personas de momentos como esos o hacer reflexionar a esas otras que parecen no importarle lo más mínimo el poder hacer daño a los demás.

No estaría desahogándome si no fuera porque me duele especialmente quiénes son las personas las cuales tienen un comportamiento así. No pretendo cambiar a ninguno, cada uno es libre de ser como es, excepto cuando dañan a quien quiero como si fuera a mí misma.

Me sorprende la capacidad de actuar luego como si nada. Ojala pudiera ser tan fácil olvidar como parecer que has olvidado.



Reproches sin sentido... Que a ninguno se le olvide que todos sabemos igualmente reprochar, lo que ocurre es que algunos sabemos que unos saldrían más perjudicados que otros.



Pero no quiero seguir hurgando en el tema, y más en estas fechas donde se pretenden mantener vivas nuestras ilusiones y deseos.



Por eso, quiero desear para este nuevo año que todo el mundo cambiara un poquito para mejor. Que cada uno reflexionara sobre todo aquello que no haya hecho bien este año que ya se va, y que intentáramos olvidar todo lo malo.



Aunque por ahora no podamos volver a brindar todos juntos por esos deseos y propósitos de Navidad, ojala que el tiempo ponga a cada uno en su lugar y que pronto la vida nos vuelva a reunir. Porque a veces todo puede volver a ser como antes.



Mayo ya está más cerca...

...Aunque las rebajas se ven aún lejanas.



Y el no saber qué hacer, cómo comportarme es lo que peor llevo, más que el hecho en sí. Parece que ya no estoy en la fase de avergonzarme por ello.





Por qué se rompen en mis dientes las cosas importantes,

esas palabras que nunca escucharás

y las sumerjo en un lamento

haciéndolas salir son todas para ti,

una por una aquí...

En cambio no, hoy no, hay tiempo de explicarte

También tenía yo mil cosas que contarte

y frente a mí, mil cosas que me arrastran junto a tí...









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Hoy en cambio no...

Microchip

viernes, 5 de diciembre de 2008

Cambio de chip. Me siento extrañamente bien, reconociendo que soy afortunada. De esto me doy cuenta cada día, de todo lo que vivo diariamente y de los que me brindan la oportunidad de aprender a crecer como persona.


Sé que hay muchas cosas que no están como deberían estar, o quizá como quisiera que estuvieran, pero eso ya no importa. Si con luchar no puedes hacer nada, menos lo harás lamentándote.

Voy preparándome y asimilando todo aquello que me pueda afectar y doler para que no lo siga haciendo como hasta ahora. No pienso seguir tomándome las cosas tan a pecho, hay ejemplos claros de que eso no es bueno ni para mí ni para el resto.

Tengo varias apuestas, y esa es una de ellas.


Por otra parte, por mucho que esté o a veces quiera aparentar que esté bien, sigo teniendo una presión que aumenta a medida que van pasando los días. Diréis que estoy loca, pero quisiera explotar. Y lo sigo pensando desde el primer día que me decidí a ‘hablar’, allá por aquel 7º de caballería.


Y no, nunca he querido reconocer que aun sabiendo las consecuencias, las ganas están intactas.

Tres de diciembre

jueves, 4 de diciembre de 2008

Incertidumbre por saber si las cosas saldrán bien o mal.




Por otra parte la ilusión quiere hacer acto de presencia, dejando incluso lágrimas de..¿alegría..,esperanza..,alivio? no lo sé, pero eran lágrimas agradables.



Aunque volvemos a las mismas: el otro lado se está haciendo cargo de imaginar lo negativo.



No quiero pensar, es pronto aún. Quiero distraerme, no dejar que entren ideas pesimistas, e intentar conservar ese toque de alivio que noto dentro

It’s no use to be sad

domingo, 30 de noviembre de 2008

Ya queda menos para esas fechas tan entrañables para unos y tan melancólicas para otros. Es verdad eso de que los que mejor nos lo pasábamos éramos los niños… Qué tiempos, parece que fuera ayer. A veces siento nostalgia de esos años. No éramos muy conscientes de nada… pero en el fondo prefiero estar donde estoy ahora mismo, aún con todos los problemas que tenemos hoy. Y los que vendrán.


Si esta Navidad será distinta [espero que para mejor], la que viene lo será aún más. Y es que este año sólo fue un año de transición, un año que muchos quisieran olvidar. Hay partes que a mí también me gustaría olvidar, pero por mi parte ha sido un año en el que han habido muchos momentos en los que me he sentido feliz como nunca antes.

El que entra es un año decisivo y que va a tener muchos sobresaltos. No sé cómo vendrá todo, pero espero ser gratamente sorprendida. Ojala haya momentos que me hagan cambiar, pero siempre para mejor. Ojala volvamos a estar como aquella semana, en la que menos santos fuimos de todo. Y ojala… ojala tantas otras cosas…





It’s no use to be sad

El peor momento de los viernes

viernes, 24 de octubre de 2008

Me pinté los ojos de negro, a conciencia, para no dejar escapar ni una sola lágrima.

Los enjaulé por su seguridad, los forré de acero, e hice que juraran mantener el silencio.

Un velo negro de pestañas los ayudaría a callar. No podían hablar, no. Porque siempre revelan lo que los labios se guardan, son demasiado débiles para aparentar.

Para que las palabras hiriesen, la boca eligió un rojo sangre.

No iba a dejarse reabrir viejas heridas, diría todo lo que tenía que decir.

Labios rojos, tensos, fruncidos.Mandíbulas apretadas, duras, enfadadas.

El pelo atrás, la cara descubierta, sin nada que ocultar. Nada que esconder, mucho que decir, ¿cuánto por perder? Enfundada en negro noche, de negación, de tristeza.

Sin prisa, nadie espera.





Y manos temblorosas de uñas pintadas, el corazón debatiéndose entre romperse o asfixiarse, la cabeza llorando mares; y mis diecisiete atragantándose una y otra vez con las mismas espinas.













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Otro día más que pasa, otro día más de estrés, de momentos sin sentido, de risas, de gritos, de miradas furtivas, de llantos insonoros, de sentimientos escondidos, de vacío... Porque hoy es viernes, el cuál dedico siempre para reflexionar y evadirme un poco de la semana.

Ojala fuera todo distinto, pero hay cosas que nunca cambiarán.

Voy a destrozar tu recuerdo

martes, 14 de octubre de 2008

Te espero. Siempre te espero. Tú sigues con tu vida, y yo sigo esperándote. Y vienes, es cierto, a veces vienes. Porque puedes venir cuando quieras. Yo, en cambio, sólo puedo estar para cuando tú vengas. No sé si te quiero, o si sólo quiero lo que quise, o si quiero no quererte, o si quiero no querer dejar de quererte, y ya lo hice hace tiempo. Vuelves y me provocas sentimientos únicos, de los cuales me cuesta desprenderme. Me hacen sufrir, pero de alguna manera también me dan vida, y no sé cómo hay que elegir. Creo que ya no sé quién eres, y me niego a aceptarlo. Y ya no sé quién soy cuando estoy contigo. Ojalá no hubieras vuelto, ojalá no así. Y sin embargo, ahora que estás, no puedo dejarte ir.

Sobreviviré

lunes, 6 de octubre de 2008

Esto va tomando ya forma. Empiezo a ser consciente de que ésto ya no es lo de siempre, es un año clave.


Miedo no sería la palabra exacta para expresar lo que siento, pero sí que me impone mucho todo lo que vendrá y lo que pueda venir.

También influirá que absolutamente todos [y de eso no se salva nadie] nos quieren asustar con que lo peor está [próximamente] por venir; además de unirse también mi falta de confianza...

No sé si me entendéis, pero lo último que quiero [y supongo, 'queremos'] oír, es eso. Una palabra de ánimo, de motivación, de confianza... Algo que me dé fuerzas. Y no sentirme comparada con el resto, ya sea para bien o para mal, como ya me he sentido en muchas veces. No lo entiendo, la verdad. Y me molesta un poco que gracias a algunos actos míos otros se lleven méritos.

No sé, yo con cualquier cosa me motivo y con cualquier cosa me desmorono.



Y luego lo más gracioso es que de cierta persona haya surgido esa cierta ‘preocupación’, por llamarla de alguna forma… Qué casualidades y qué cosas tiene la vida.

…y qué solicitado que anda últimamente, todo sea dicho… ejem.

Además, yo no soy la única que lo piensa; es que algunas somos muy de leer entre líneas…



Si a ella la entiendo, qué contre xD yo tampoco olvido a quién me ha marcado. En mí caso, de esa forma menos.

Eso sí, más de menos que lo voy a echar yo seguramente no lo eche ningun@.













En fin, lo que hay que leer… y luego soy yo la rara xDu

Inmortal

viernes, 12 de septiembre de 2008

Llegaste. Era un día soleado, en el aún caluroso mes de octubre. Estaba sola. No te había visto venir. Los rayos del sol estaban sobre mí, me impedían ver con claridad. Pensé que estaba alucinando. Lo pensé hasta que te vi. Te acercaste sigilosamente a donde estaba. No podía creerlo. Aunque tampoco me sorprendí. Eras tú. Y estabas ahí, en frente de mí. Sinceramente no supe qué decir. Estaba estupefacta. Me saludaste. Lo hice yo también. Tanto tiempo que había esperado por ese momento… y por fin se me presentaba. Te sentaste a mi lado, como si la última vez que nos hubiésemos visto fuese el día de ayer, te sentaste como si jamás te hubieras ido. Hablaste. Hablaste palabras sin sentido, mientras hacía un intento vano por concentrarme. Tus palabras se oían como susurros. Se oían lejanas. No llegué a escuchar siquiera una oración completa.

Seguía pensando. Pero ya no sé si era en ti. Por primera vez deseaba que eso no me estuviera pasando. Deseaba no estar ahí, con él. Deseaba irme. Por primera vez no supe qué contestarte. Tenía tanto por decirte, tanto por reprocharte, tanto por confesarte. Hacía un esfuerzo tremendo para ser capaz de decirte todo, pero no pude. Mis palabras no quisieron salir de mi boca. Mi voz, ni siquiera se oía. Realmente, en ese momento, sentí una opresión en el pecho, pero no sé a qué se debía. Quería decirte lo mucho que te había extrañado, eso quería. Quería tocarte, quería acariciarte, quería besarte, quería tenerte. Quería, pero no podía. Algo impidió que lo hiciera. Tenía miedo. Tenía miedo de volverte a perder, de que te vayas, de no poder verte nunca más. No dije nada. Me conformé con tus palabras. Con tus palabras, aún sabiendo que eran falsas, incentivaron mis lágrimas emocionales. No sé si eran por emoción o por dolor, no lo sé. Verdaderamente sentía unas inmensas e incontrolables ganas de llorar. Pero como pude, por el momento, me contuve. Bajé la mirada, para no tener que mirarte a los ojos. Sinceramente, no sabía con qué iba a encontrarme.

Tomé aire, suspiré. Volví a respirar. Intenté calmarme. Estaba casi temblando. Levanté la mirada y decididamente, me atreví a mirarte. No sé qué sentí en ese momento, ni aunque me acordase podría describirlo con palabras. Te miré, luego miré a tus ojos. Y por primera vez había olvidado que hace mucho no te veía. Sinceramente tan cambiado no te encontré. Siempre te encontraba atractivo. Siempre me gustaste. En ese momento supe que no importaban las palabras, ni ese tiempo que no estuviste conmigo. No importaba siquiera la razón por la que te habías ido. Fue como si el tiempo volviese atrás. Como si el tiempo se hubiese frenado en tus ojos. Nada era tan relevante como para impedir que yo esté allá, contigo. Los minutos no corrían, y yo estaba desorientada. No sabía qué hacía. Sentí, por primera vez en mucho tiempo, que mi mundo por fin volvía a su órbita; que mi camino, por fin era el que yo había elegido. Sentí que nada podía arruinar ese momento. Ni siquiera el saber que en cualquier momento tendrías que irte. Ambos permanecimos callados, mirándonos. Sinceramente, en ese momento, no me importaba nada. Estuvimos así, aprendiéndonos, varios minutos. No quería arruinar ese momento. No quería que acabase. Sólo recuerdo que me quedé perdida en tu mirada, que no pude evitar volver a sentir que eres capaz de enamorarme completamente sin decir siquiera una palabra.

Sólo recuerdo que no dije nada, porque mi mirada ya lo decía todo. Delataba lo mucho que me habías hecho falta, lo mucho que te extrañaba. Ni en un instante de esos días sin ti supe lo que era olvidarte. Pero eso ya no importaba. En ese momento, estabas conmigo. Tenía tantas palabras, pero sencillamente no sabía cómo expresarlas. Era tanto lo que sentía que había olvidado que ese momento, tenía que disfrutarlo. Me hubiera gustado tener el valor suficiente para reclamarte tantas cosas, en ese momento que podía, mientras miraba tus ojos. Pero sentí, que ese no era el momento oportuno. Siempre digo lo mismo, pero la verdad es por mi cobardía; tengo miedo de llegar a decir algo, que termine con algo que todavía ni empezó. Sinceramente no me importó si estabas en mis planes o no. Sabía perfectamente lo impredecible que eras. Siempre me gustó eso de ti.

Me bastaba con el sólo hecho de saber que ahí estabas. Con eso sólo ya me alcanzaba, y quizá, hasta sobraba. Me abrazaste y yo correspondí a tu abrazo. En ese momento percaté en lo mucho que te había extrañado, en lo mucho que me hacías falta. No necesitaste mucho más que un beso y un abrazo, para hacerme volver a sentir que estoy completamente loca. No necesitaste mucho, para que yo compruebe que eres lo que quiero y necesito en mi vida.

Ahora entiendo el por qué.

Querer es poder

lunes, 1 de septiembre de 2008

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino yo misma buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche como un misterio a resolver. Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos.

Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era yo la mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera. Ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien amigo.

Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, el amor es una filosofía de vida.
Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente. Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas…

Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar. Ahora simplemente duermo para soñar.

Y aquel día es hoy. No quiero volver a sentirme sola, sentir que nada valgo para los demás. Por algo he luchado y voy a seguir luchando, para sentirme bien. Precisamente ahora no es el momento para rendirme, y por eso no lo haré. Ojala no me importaran tanto las cosas, seguramente ahora no me sentiría así. No me gusta decir que no estoy bien, porque… ¿para qué? Con una que esté amargada ya es bastante, no es plan de que lo esté también el resto.

Me gustaría decir que esta sensación pasará sola, pero en esta vida no hay nada seguro, al igual que tampoco hay nada para siempre.

Ahora echo de menos sensaciones y personas, las cuales me doy cuenta de lo importante que son cuando cruzo la puerta de mi portal.

No soy capaz de expresarlo, algo que parece que sigue conmigo desde siempre y que no me abandona aún. Pero a veces escribiendo lo consigo, aunque no lo lean todos los que me gustaría.

…Querer es poder.

Qué sabias que son las madres. Esa misma frase la ha dicho la mía esta noche. No estoy del todo de acuerdo, porque ¿qué haces cuando por mucho que quieras, no puedes? That’s the question

Yo te lo diré… resignarse...

En definitiva...

viernes, 29 de agosto de 2008

Tengo que buscar la manera para dejar de darle vueltas a la cabeza. No puedo evitarlo, últimamente me inundan pensamientos negativos frente a una felicidad que, a veces, intento aparentar. Es verdad que sí que tengo momentos de sentirme positiva y feliz junto a los de mi alrededor, pero cuando vuelvo a mi soledad, vuelvo a ser yo y mis circunstancias.
La verdad es que desde mi último cumpleaños, ha sido la primera vez que he notado el pasar de una edad a otra. Pensaba, como siempre, que sólo sería un día más, sólo que con un año más encima para contar. Habrá sido casualidad, pero ha habido un antes y un después.

Desde mayo hacia acá, han pasado muchas cosas. Cosas demasiado extremistas, diría yo; tanto momentos extremadamente felices [xD], como otros para estar por los suelos…

Ambos han contribuido para que tan sólo tres meses hayan sido tan intensos como estos 17 años atrás xD
Pensando positivamente, he conocido realmente y he confirmado que hay personas que van a estar ahí siempre, que me han demostrado que tanto en los buenos como en los malos momentos tienen una palabra de ánimo. También he conocido una sensación ya dormida desde hacía meses, y que nunca se sabe en qué momento o en qué lugar puede despertar. Sé también lo que es disfrutar de salir y entrar con mi verdadera gente, de reír como no hacía antes, de aprender, de vivir con menos miedo al qué dirán, de abrirme, de recordar bellos momentos y de volverlos a vivir.

A todo eso, habéis contribuido más de lo que creéis…
Todos esos momentos hacen que ni valga la pena recordar lo negativo. Ya bastante tengo con que se me vengan a la cabeza cada noche…



En definitiva…

Eso sí que es vivir intensamente.


Estarás mejor, estoy segura. Sé que será lo mejor, lo sé, es algo que no puedo evitar. Te prefiero lejos, y feliz; que a mi lado sin saber si así conmigo te sientes aunque sea algo afortunado.

Vivir

sábado, 23 de agosto de 2008

"No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo. Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y es oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tú puedes aportar una estrofa. Valora la belleza de las cosas simples. Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante. Vívela intensamente, sin mediocridad. Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo. No dejes nunca de soñar, porque sólo en sueños puede ser libre el hombre. No permitas que la vida te pase a ti sin que tú la vivas."

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Esencialmente, en eso consiste vivir. Habrá rachas mejores que otras, pero en todas hay que ser capaz de mirar hacia delante.

Ahora mismo, parece que me encuentro en una buena racha. Aunque no lo quiero decir muy alto porque algunos ya conoceréis mi faceta como gafe -.- xD

Hay cosas que no cambian ni cambiarán. Por eso, cuando las circunstancias no son adecuadas para luchar, sólo queda resignarse, esperar...

No por ello hay que venirse abajo, simplemente el tiempo lo dirá todo.

Creo que últimamente he cambiado respecto a cómo tomarme las cosas que ocurren a mi alrededor. Estar cerca de perder a gente que quiero hace replantearme qué es lo verdaderamente importante y qué es lo secundario.

Hay cosas peores en la vida que seguir resignándome…

Aún así duele, es normal tratándose de esos temas. Pero quiero que sea lo último en lo que pensar a partir de ahora. No sé si hago lo correcto, pero, ¿de qué vale seguir esperando…?

Quiero seguir disfrutando de salir, sin esperar a que en cualquier momento pueda encontrármelo o rondando en lugares que me hacen recordar momentos pasados...

Básicamente, me siento bien. Pero en el fondo, me gustaría no haber llegado a caer tan bajo… [Do you remember?]

Seguir soñando

domingo, 10 de agosto de 2008

Y me quedo aquí, a oscuras, escuchando una canción. Y los ojos se me inundan....


Me quedo aquí, en silencio, escuchando una canción que nunca debí escuchar, y lloro, por que hoy voy a permitirme el lujo de hacerlo...
Una canción...una canción que aprendí contigo... una canción que me habla de ti, una de esas melodías que nunca te dicen nada hasta que algún día alguien te enseña a escucharla y empiezas a comprender...

Me duele, hoy me duele más, por que esta vez no es culpa tuya, no es culpa mía, simplemente no podrá pasar.
Lo sé, tu no querías ver mis ojos de hielo llorar...no querías y no los viste. Lloran a escondidas y seguirán llorando mientras te miran...aunque tú no lo sepas, aunque tú no lo sientas.

Hoy se me inundan los ojos y no sé hacerlos parar, no quiero hacerlos parar...hoy no, hoy voy a permitirme el lujo de hacerlo, hoy voy a llorar....

Después me tocará dejar el tiempo correr mientras lo miro avanzar y me muero de ganas por detenerlo....lo malo es que se me olvidó que somos dos, que éramos dos....y no verás mis ojos de hielo llorar, no los verás.

Sencillamente la vida no es justa, nadie dijo que lo fuese...

Estaré aqui, por si algún día me necesitas, estaré, porque nunca me fui.....pero no verás mis ojos de hielo llorar.

Si algún día la vida nos vuelve a cruzar, si algún día la vida nos deja respirar, si ese día llega y no es demasiado tarde, enséñame de nuevo a escuchar esa canción....
Hoy me quedo a oscuras, hoy dejaré que las lágrimas se me escurran, hoy.... hoy sólo quiero volver a escuchar esa canción.

Disimula

miércoles, 6 de agosto de 2008

No sé cómo me siento, la verdad. Por una parte estoy feliz, porque tengo a gente que está ahí cuando la necesito y me alegran la existencia cuando estoy con ell@s. Pero por otra, no sé por qué siento que me falta algo. Más bien, echo en falta algo. Y eso me molesta mucho. No por el hecho en sí, sino porque yo no le voy a importar a ninguna persona…[nadie incluído obviamente xD] ¿Quién se podría fijar en algo como yo? La respuesta la sé tras lo que me han deparado estos años.

Qué hacer, porque no siempre a la tercera va la vencida. Esa es la cuestión…


Pero lo último que quiero es que el resto me vea mal, así que por eso suelo intentar ser el alma de la fiesta xDu

Aunque hay situaciones en las que no puedo disimular, es superior a mí encontrarme a un espejismo. Y la persona que mejor me conozca lo entenderá. Al igual que yo la entiendo.

 
 
 
 
 
 
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Aprendí que las personas olvidarán lo que dijiste.
Olvidarán lo que hiciste.

Pero nunca olvidarán cómo los hiciste sentir...

Donde todo empieza

miércoles, 23 de julio de 2008

Camina por donde nunca nadie antes haya caminado. Haz lo que nunca nadie antes haya hecho. Deja tus propias huellas y no pises sobre las de los demás porque no dejarás marca.



Sueña lo que te atrevas a soñar. Ve adónde quieras ir. Sé lo que quieras ser.


Lucha siempre por el amor que sientas, y por muy grandes y difíciles que sean los retos, lucha por lo que quieres...


Pero sobre todo, no te olvides de una cosa… vive.


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A veces es mejor callar, hacer oídos sordos y no ver. ¿Por qué? Porque no hay que volver a tirar la piedra a los que te apedrean. Sigue tu camino y aprende de los errores, propios y ajenos. Y si a ellos no les gusta lo que haces, y si ellos no reconocen lo que haces; que no te importe, no importan. Fija tus pensamientos en los que reconocen que lo que haces, lo que haces con pasión. En los que se internan en tus pensamientos, los que se meten en tus sentimientos. Esas personas que por un instante son tú, son los que valen. Las que usan tu alma para ser un segundo tu mente y tu espíritu. Para mí, conocer a estas personas fue un regalo único que me dio la vida... A cada uno de una manera distinta, a cada uno por tener una personalidad distinta, a cada uno por compartir cosas no tan distintas, los empecé a querer día a día, cada minuto un poco más y así formamos una amistad que es verdadera, porque a pesar de todo y de las distancias, no me pueden separar de todo lo que me une a vosotros.


Cada uno a su manera me conoce mejor que yo misma, y sabe lo que me hace bien. Yo lo único que sé es que vosotros me hacéis bien y que pueden pasar mil cosas y no vernos por el motivo que sea, pero lo que os quiero nunca va a cambiar.


Siempre quiero y voy a estar con vosotros porque sois los que me alegran el alma y hacen sacar las peores tristezas con una sonrisa, porque sois de esos pocos amigos que son verdaderos, aquellos que no fallan y que son como hermanos.


No hace falta nombraros, vosotros mismos os deberíais sentir aludidos.
 
 

Hay silencios llenos de amor

jueves, 17 de julio de 2008

Mis palabras se esconden tras el silencio. Tras ellas, se esconden misterios, miedos, sueños…

Se esconden en una mirada que expresa todo lo que ellas callan. Y cuando se esconden, se pierden. Se pierden con tu sonrisa, en un roce, en gestos, en un suspiro que se escapa sin querer.


Morir luchando

martes, 1 de julio de 2008

La lucha es algo que forma parte de la vida, cada día, al levantarnos estamos luchando, estamos poniendo los pies sobre el tierra, y eso para mi es luchar, es seguir hacia adelante. A veces, nos ocurren cosas malas, que nos hacen pasarlo mal, que nos hacen caer en un oscuro agujero y es difícil salir. Cuando estamos así, no queremos saber nada, solo queremos estar así para siempre, o esperar que el sufrimiento se acabe, da igual la forma, pero que se acabe.



En mi vida, he tenido mucho problemas, por diversas circunstancias y en ningún momento dejé de luchar, cuando tenia esos problemas me alejaba del mundo y yo sola los arreglaba, y sacaba fuerzas de las cosas pequeñas, sacaba fuerzas de cosas que a menudo estaban en mi vida y que no me daba cuenta de ellas hasta entonces. Me he dado cuenta de que hay personas que piensan en mí, que me quieren y que siempre estarán ahí.


Por eso luchar siempre es la mejor opción, porque aunque creamos que no, el mundo nos tiene un futuro, lleno de malos momentos pero también de buenos, y por esos buenos sí que merece la pena vivir.


Porque, ¿de qué me vale ya lamentarme? Todo ha pasado así, sí, pero no puedo hacer ya nada por cambiarlo, y con ponerme de bajón no voy a solucionar nada. Es más, son ganas de preocupar a los demás tontamente. No puedo seguir echando la culpa a nadie porque hayan venido las cosas así de torcidas. Lo único que me queda es volver a intentarlo…


Así que, como bien dije hace un par de actualizaciones, me he prometido ser feliz. Él no va a estar aquí para que lo sea del todo, pero me quedo con que esto es lo más bonito que he podido sentir hasta ahora; aunque no se entere de nada ni probablemente se enterará, lo vivido no me lo quita nadie.


No quiero lamentarme por algo que no va a pasar, más que nada porque yo no he intentado al menos que pasara.
 

Eso no es vida

domingo, 29 de junio de 2008

Y es que hoy, como otros tantos días, me dio por pensar. Hay mucha gente que con mi edad ha vivido muchas más cosas que yo. A lo mejor por mi carácter o por mi yo externo, no sé lo que es tener a esa persona al lado que te complemente. Sé que nunca he demostrado tener esa necesidad de sentirme querida de una forma nueva, pero desde mi cumpleaños me he estoy dando cuenta de que me queda sólo un año aquí y que si no aprovecho muchas cosas, puede que no vuelvan. Por algo dicen que ésta edad nunca se olvida…

Con esto no pretendo reprochar nada, ya que soy yo quien ha elegido lo que hacer en cada momento.

Lo he pasado mal en dos ocasiones, y esta tercera no va precisamente la vencida… No quiero mirar atrás, pero me hubiera gustado tener esa sensación nueva en alguna de ellas, como la mayoría de gente que conozco. Hoy empecé a recordar a una de esas tres personas, puede porque hoy es 29, y que esa situación no fue muy distinta a cómo me siento ahora. Bueno, la verdad es que fue menos intensa.

Por otra parte, tengo vértigo. Vértigo de saber que veo lejos el olvido, que no en mucho tiempo no estaré aquí como ahora y que me encontraré sola al principio en un lugar extraño. Y temo que ese vértigo se convierta en miedo, por llegar a echar de menos cosas que no llegué a hacer.
Ojalá que en este año ocurran cosas maravillosas, sobre todo a los que me rodean.

Ojala no sea tarde

sábado, 21 de junio de 2008

Hoy me encuentro vacía sin saber mucho que hacer por estos días en que no te puedo ver, siempre es así, a veces creo que extrañarte es lo más bonito y triste que me ha pasado. Te extraño cuando el viento se cuela por mi ventana, el frío me envuelve y me recuerda que no estás aquí para abrazarme. Te extraño, tus palabras, nuestras conversaciones y tus divertidas ocurrencias que me hacen reír. Te extraño cuando camino por la calle y quisiera ir tomada de tu mano. Te extraño tanto que a veces quisiera no extrañarte, no porque no te quiera sino porque tengo miedo de quererte.



Pero a pesar de todo, hay algunas cosas que, aunque son capaces de hacernos daño o de doler [que a veces es lo mismo y a veces no], no queremos olvidar. Otras querríamos olvidarlas y están grabadas a fuego en la memoria, tatuadas con lágrimas en las mejillas, esculpidas en las arrugas de la frente. Yo no quiero olvidar que hay mañanas que amanecen mejor, ni quiero olvidar por qué. No quiero olvidar que hay ojos que no necesitan mirar para contar, porque se adivinan en la distancia. No quiero olvidar que hay amores que matan y miradas que atan. No quiero olvidar que el mundo lo construyo yo cada minuto, y si pierdo un minuto pierdo mi mundo. No quiero olvidar que la risa siempre es más fácil que el llanto, pero tampoco siempre es más divertida. No quiero olvidar que estoy viva ni que mañana puedo no estarlo. No quiero olvidar que el amor existe, que alguna vez quise aunque no me quisieron, y que a veces el amor duele tanto como el desamor, o incluso más. No quiero olvidar algunos besos, algunos lugares, algunos amaneceres, algunas personas. No quiero olvidar una risa ni el primer adiós. No quiero olvidar. No quiero perder cosas. No quiero que con el paso de los años olvide como me sentía en mi cumpleaños cuando era niña o la primera vez que ví el mar. No quiero pensar que me olvidarás. No quiero olvidar aquellos momentos. Aquellos años. Aquellos días. Aquella vida. Todavía no puedo olvidarte y, aunque lo estuve intentando, al verte se me olvidaron esos intentos.


Por eso, me he dado cuenta de que necesito que pase mucho más tiempo para no necesitarte.




No hubo despedidas, no dio tiempo a ellas, pero sí hubo lágrimas, muchas lágrimas. Aunque ayer fuera el peor día en mucho tiempo, quiero quedarme con lo bueno, con la gente que me apoya y con los buenos [y pocos] momentos que pude vivir. En unos casos, muchas palabras de ánimo, y en otros, sólo miradas que en el fondo no significarían nada para nadie. No pretendo rendirme ni derrumbarme, pero es que ya son demasiadas cosas las que se juntan.


Pasará tiempo hasta una nueva mirada o una despedida, pero me da miedo y me fastidia aún más echarte de menos hasta entonces.


En este momento me gustaría decir lo que no debería decir nunca, aunque sé que ahora ya es tarde…


Y ésto es sólo una aproximación

lunes, 16 de junio de 2008

Estoy cansada de sentirme como me siento. Cansada de perder días, de perderlos pensando en ti. Estoy cansada de derramar lágrimas. Cansada de sentirme perdida, sin poder luchar. Cansada de saber que estoy rendida; que ésto no va a seguir. Estoy cansada de ver cómo puedes estar tan feliz, sabiendo que eres la causa de este malestar, el que causa todo este temor. Cansada de no poder deshacerme por completo de mi pasado, de un sueño roto. Cansada de no poder ir a buscar mi felicidad, cansada de esperarla. Estoy cansada de perder. Estoy cansada de necesitar cada centímetro de tu piel, necesitar un beso. Cansada de enamorarme sin razón, de alquien para el cual soy una persona más. Cansada de perseguir ilusiones que cuando creo alcanzarlas, se esfuman. Cansada de creer verte en todos los sitios, en los lugares más insólitos. De distinguir tu rostro, entre los cientos de millones que hay. De ver tus ojos, reflejados en todo lo que veo. Estoy cansada de escuchar tu voz, palabras que aún resuenan intactas en mi memoria. Estoy cansada de mí, de esta rutina, de la vida rutinaria que llevo. Estoy tan cansada de ti...








Haciendo memoria

viernes, 13 de junio de 2008

Podría decirse que ya casi ha acabado todo. Por una parte no puedo quejarme, estoy muy feliz por mis notas y todo el trabajo realizado hasta ahora. Creo que he dado lo máximo para conseguirlo. Estoy segura de que esas enseñanzas me servirán en la búsqueda de algo que pueda parecerse a la felicidad…



Ha sido un año bonito, mejor de lo que me podía imaginar tras dejar tantos momentos en el añorado Puerta del Mar. Allá por septiembre nos encontrábamos con un sitio extraño, en obras y con clases de papel. Rara, muy rara me sentía en aquellos primeros recreos; eso sí, siguiendo viejas costumbres variábamos de un lugar a otro. Día a día iba conociendo al detalle a mucha gente. En tantas horas, días, meses juntos se van estrechando lazos, reforzando grandes amistades, experimentando nuevos sentimientos ya olvidados [o quizá nunca conocidos] o incluso te vas conociendo a ti mismo. Darse cuenta de que hay personas que harían lo que fuera para verte feliz en un día tan importante para ti es muy gratificante. Son cosas que para mí son lo máximo aunque ellas no lo crean.
Pero a veces también he necesitado un gesto cómplice, un “sigue así”, un “enhorabuena”… un algo cuando creo que hago algo bien. No pido que me regalen el oído todo el día, sólo pido lo mismo que reciben los demás. A lo mejor soy yo la rara, pero me siento feliz cuando me suben la autoestima, más realizada.
Aunque eso ya no importa. A estas alturas, quien ha mostrado interés por mí cuando estaba solitaria en el insti sé quienes ha sido, y quien ha tenido una palabra de apoyo, de ánimo y de felicitación en los peores momentos, también. De algunos precisamente no me los imaginaba, y de otros puede que me lo imaginara demasiado... Pero eso ahora es lo de menos.
El curso ha acabado así y ya nada puede cambiarse. Lo hecho, hecho está; y lo que no, estará aún mejor. De lo que más me siento satisfecha es que he dado todo lo que he podido y más en este año. Ojala el año que viene pueda decir lo mismo, aunque me da vértigo sólo de pensar en el día que me vaya y esto se acabe. También me da vértigo imaginar que no pueda olvidar aquello que debería olvidar. Lo malo es que eso no depende de mí.

Es una pena que no esté feliz del todo por culpa de eso, pero es difícil fingir estar bien sabiendo que perdí esta vez y que perderé cualquier otra. No lo digo yo, muchos detalles ya me lo han demostrado.


Podría decirte muchas cosas, pero prefiero ser ignorada a ser odiada.





Me he propuesto ser feliz

viernes, 6 de junio de 2008

Los sueños existen, te lo aseguro, no sé porque lo vuelvo a decir, si lo sabes, existen mientras tu fuerza de dolor no te impulse a eliminarlos de tu agobiada mente, existen mientras no te rindas; existen, te lo aseguro, no te empeñes en ignorarlos y reemplazarlos por soledad, porque algún día se cansarán, envejecerán, y se llenarán de esperanzas perdidas… y si eso pasa no habrá marcha atrás...

No sueñes si no lo vas a luchar, soy tú mismo, tu parte oculta que no tiene miedo de luchar por la felicidad que sueñas...

Para aprender a caminar, uno tiene que tropezarse, golpearse, levantarse, caerse varias veces, levantarse y otra vez volver a caer; pero sobre todo vencer el miedo, vencer el círculo de temores que antecede a la primera caída...

No quiero lo difícil, quiero lo imposible, aunque duela el intento.
 
 
 
Despedidas… por suerte o por desgracia, hay unas más fáciles que otras. Pasarán días, semanas, meses… y a unos cuantos no los volveré a ver de aquí a mucho tiempo; por eso, aunque me cueste, me gustaría que supieran lo que significan en mi vida por todo aquello que han hecho por mí.

Este verano espero que sea el mejor y que esté lleno de buenos momentos, porque estos pasados no han tenido muchos que hayan pasado a la historia xD


Pero para eso hay que quedar, ¡¡vosotr@s sí que no me podéis dejar sola!! Si no fuera por vosotr@s, ahora mismo no estaría aquí. Siento que he cambiado y en la mayoría de aspectos creo que para mejor y por eso os lo agradezco, ya que he encontrado personas en las que puedo confiar y abrirme en general, cosa que antes era un mundo para mí.

 

Inevitable

miércoles, 7 de mayo de 2008

Ojalá pudiera dar marcha atrás en el tiempo y cambiar algunas cosas, algunas actitudes o sentimientos. Hoy es uno de esos días en los que inevitablemente me he sentido sola. No por culpa vuestra, ni mía…inevitablemente porque, casualidades de la vida, las personas más importantes para mí se encontraban cada un@ en un lugar distinto...
Es por eso que suele decirse que no te das cuenta de lo importante que es alguien para ti hasta que ya no está a tu lado... si para mí sois importantes siempre, imaginaros cuando no estáis cerca.
Quiero que pase esta semana rápido, porque se avecina estresante. Pero por otro lado no quiero que se vaya, no quiero que todo acabe así, sin más. Pero, inevitablemente, lo más seguro es que así sea. No puedo seguir esperando algo a lo que no puedo aspirar, algo que no es para mí. No es fácil reconocerlo, pero seguir soñando no sirve de mucho.
Dicen que nosotros mismos somos los que escribimos nuestro destino, quienes con nuestros actos y actitudes somos los que conseguimos nuestros objetivos... Pero la vida la mayoría de veces nos enseña que no es así. Por mucho que luches, no todo depende, por desgracia, de ti... no todo está a tu alcance. Por eso, poco a poco me voy cansando de esperar algo que no llegará y, aunque lo más difícil es aparentar estar bien evitando la preocupación de la gente, cada vez más tengo una sensación extraña que me cohíbe sentirme bien.

 

Un cuento sobre el agua

lunes, 10 de marzo de 2008

"Habitaban en una lejana y perdida isla todos los sentimientos. Vivían, en la perfecta armonía que sólo allí era posible, la Bondad y la Maldad, la Desdicha, la Soberbia, la Humildad, la Alegría, la Belleza y la Fealdad, el Odio, el Deseo, el Amor...
Un día en que todos andaban revueltos y traviesos jugando y complementándose como era costumbre en ellos, tuvo la Diversión una feliz idea:
-¿Por qué no jugamos al escondite?- Gritó entusiasmada.
-¡Sí, sí, vamos!- Respodieron todos al unísono.
La Locura, tan loca ella, corría de un lado para otro, cantando, chillando y jaleando:
-¡Bien, bien! ¡Yo me quedo, yo cuento! ¡Todo el mundo a esconderse!
Apoyó sus brazos doblados contra un árbol, aplastó la cara contra elos para no ver nada de nada y comenzó a contar... A su manera, claro:
-Mil cinco, mil seis, treinta, dieciocho, nueve, quince, dos millones trescientos, ciento veintinueve mil quinientos ocho, dos...
Todos los sentimientos corrieron a esconderse y fueron encontrando lugares en los que la Locura tendría sus dificultades para encontrarlos, o al menos eso pensaban ellos... Pero el Amor, siempre en las nubes, no sabía dónde meterse. Corría de un lado a otro, indeciso y desnortado sin encontrar un sitio que lo convenciera. Dio una vuelta al mundo, otra más, y cuando iba a iniciar la tercera, se dio cuenta de que allí, muy cerca del árbol desde el que contaba la Locura, había un precioso rosal. "¡Qué bonito!, ¿Habrá mejor lugar para mí...?" Pensó feliz y, apartando las ramas cuidadosamente, se ocultó dentro.
-Mil treinta y ocho, siete y a la de seis, ¡Ya! ¡Que voooy!
Los sentimientos no podían aguantar la risa por la tensión de ser descubiertos; agazapados tras los setos o encima de los árboles, se tapaban la boca con las dos manos para no ser escuchados y sorprendidos. Hasta a la Desdicha le costaba mantener su semblante lloroso y compungido.
Caminó la Locura de un lado a otro y rápidamente fue dando con todos y cada uno de ellos. Los sacaba de las orejas, los descolgab tirándoles delos tobillos o los llevaba a empujones hasta el árbol. Reía y reía loca de contenta y cuando ya creyó haber reunido a todos, los contó y se dio cuenta de que faltaba uno.
-Falta el Amor, so loca; a él no has podido encontrarlo.- Comentó divertida la Sabiduría.
Inició entonces la Locura de nuevo su búsqueda. Dio una vuelta al mundo, otra más y, antes de empezar la tercera, vio el rosal. Pensó que no existiríaen el mundo un lugar tan adecuado como éste para servir al Amor. Se acercó sigilosamente, pero al llegar, comenzó a agitar las ramas de manera de manera nerviosa, muy fuerte, como loca, y gritaba y cantaba entre risas:
-¡Ya te tengo, ya te tengo, ya te teeennngoo!
Estaba tan, tan loca, que no oyó los terribles gritos de dolor que salíande dentro del rosal. Cogió al Amor por los hombros y tiró de él hasta sacarlo...
Cuando lo tuvo ante sí, la Locura, que aunque loca es buena, comenzó a llorar desconsoladamente. Dos espinas del rosal se habían clavado en los ojos del Amor que ahora no paraban de sangrar.
-¡No puedo ver, no puedo ver!- Gritaba desconsolado.
La Locura, loca en su desesperación, tuvo por fin una idea para remediar el mal causado:
-No te preocupes, Amor, yo seré tus ojos, tu guía, tu lazarillo. Estaré donde tú estés e iré donde tú vayas."




Desde entonces, el Amor, que es ciego, siempre se ha dejado llevar por la Locura...

Cuatro paredes

martes, 12 de febrero de 2008




Si le preguntáramos a cualquier persona qué ve ella en una foto de instituto, seguramente diría que un montón de mesas y sillas.

Y lo es. Pero para mí significa mucho más. Esa foto no sólo representa un aula más, sino sensaciones, sentimientos, palabras y relaciones vividas a lo largo de numerosos meses. Dentro se viven alegrías, llantos, momentos inolvidables, tanto buenos como malos... amigos ganados, a veces perdidos, e incluso enemigos... pero siempre personas que pasan por tu vida, simple hecho que hace que queden en tu memoria para siempre.

En algunas de esas personas, hay algo dentro de ellas que captas al poco tiempo, o a veces al instante, que esa persona tiene ganado tu corazón; no sabes qué es ese algo, pero lo sientes. Algo que se le puede llamar sentimiento, una verdadera amistad que surge a medida que pasan los días, semanas, meses… rodeados de cuatro paredes.

Poco a poco notas que cada día te sientes mejor, que cada día tienes más ganas de vivir gracias a ellas, que dentro de esas cuatro paredes te hacen sentir que no estás solo y que ellas siempre estarán ahí. Y algo te dice que hasta el fin de tus días.

Cuando ellas se van, te arrancan una parte de ti... y ese algo se va con ellas; cómo duele la distancia si no están... Por eso quieres aprovechar cada palabra, cada abrazo, cada beso, o simplemente cada mirada; vuestra confianza hace que valga más que la más hermosa palabra que podáis deciros.

Parece increíble que llegue un momento en el que no quieras dejar de estar en esas cuatro paredes, que sean como tu segunda casa y los que allí están sean tu segunda familia. En ese instante, nace una verdadera amistad. Nace un sentimiento. Tan grande y en sólo cuatro paredes...

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