Eso no es vida

domingo, 29 de junio de 2008

Y es que hoy, como otros tantos días, me dio por pensar. Hay mucha gente que con mi edad ha vivido muchas más cosas que yo. A lo mejor por mi carácter o por mi yo externo, no sé lo que es tener a esa persona al lado que te complemente. Sé que nunca he demostrado tener esa necesidad de sentirme querida de una forma nueva, pero desde mi cumpleaños me he estoy dando cuenta de que me queda sólo un año aquí y que si no aprovecho muchas cosas, puede que no vuelvan. Por algo dicen que ésta edad nunca se olvida…

Con esto no pretendo reprochar nada, ya que soy yo quien ha elegido lo que hacer en cada momento.

Lo he pasado mal en dos ocasiones, y esta tercera no va precisamente la vencida… No quiero mirar atrás, pero me hubiera gustado tener esa sensación nueva en alguna de ellas, como la mayoría de gente que conozco. Hoy empecé a recordar a una de esas tres personas, puede porque hoy es 29, y que esa situación no fue muy distinta a cómo me siento ahora. Bueno, la verdad es que fue menos intensa.

Por otra parte, tengo vértigo. Vértigo de saber que veo lejos el olvido, que no en mucho tiempo no estaré aquí como ahora y que me encontraré sola al principio en un lugar extraño. Y temo que ese vértigo se convierta en miedo, por llegar a echar de menos cosas que no llegué a hacer.
Ojalá que en este año ocurran cosas maravillosas, sobre todo a los que me rodean.

Ojala no sea tarde

sábado, 21 de junio de 2008

Hoy me encuentro vacía sin saber mucho que hacer por estos días en que no te puedo ver, siempre es así, a veces creo que extrañarte es lo más bonito y triste que me ha pasado. Te extraño cuando el viento se cuela por mi ventana, el frío me envuelve y me recuerda que no estás aquí para abrazarme. Te extraño, tus palabras, nuestras conversaciones y tus divertidas ocurrencias que me hacen reír. Te extraño cuando camino por la calle y quisiera ir tomada de tu mano. Te extraño tanto que a veces quisiera no extrañarte, no porque no te quiera sino porque tengo miedo de quererte.



Pero a pesar de todo, hay algunas cosas que, aunque son capaces de hacernos daño o de doler [que a veces es lo mismo y a veces no], no queremos olvidar. Otras querríamos olvidarlas y están grabadas a fuego en la memoria, tatuadas con lágrimas en las mejillas, esculpidas en las arrugas de la frente. Yo no quiero olvidar que hay mañanas que amanecen mejor, ni quiero olvidar por qué. No quiero olvidar que hay ojos que no necesitan mirar para contar, porque se adivinan en la distancia. No quiero olvidar que hay amores que matan y miradas que atan. No quiero olvidar que el mundo lo construyo yo cada minuto, y si pierdo un minuto pierdo mi mundo. No quiero olvidar que la risa siempre es más fácil que el llanto, pero tampoco siempre es más divertida. No quiero olvidar que estoy viva ni que mañana puedo no estarlo. No quiero olvidar que el amor existe, que alguna vez quise aunque no me quisieron, y que a veces el amor duele tanto como el desamor, o incluso más. No quiero olvidar algunos besos, algunos lugares, algunos amaneceres, algunas personas. No quiero olvidar una risa ni el primer adiós. No quiero olvidar. No quiero perder cosas. No quiero que con el paso de los años olvide como me sentía en mi cumpleaños cuando era niña o la primera vez que ví el mar. No quiero pensar que me olvidarás. No quiero olvidar aquellos momentos. Aquellos años. Aquellos días. Aquella vida. Todavía no puedo olvidarte y, aunque lo estuve intentando, al verte se me olvidaron esos intentos.


Por eso, me he dado cuenta de que necesito que pase mucho más tiempo para no necesitarte.




No hubo despedidas, no dio tiempo a ellas, pero sí hubo lágrimas, muchas lágrimas. Aunque ayer fuera el peor día en mucho tiempo, quiero quedarme con lo bueno, con la gente que me apoya y con los buenos [y pocos] momentos que pude vivir. En unos casos, muchas palabras de ánimo, y en otros, sólo miradas que en el fondo no significarían nada para nadie. No pretendo rendirme ni derrumbarme, pero es que ya son demasiadas cosas las que se juntan.


Pasará tiempo hasta una nueva mirada o una despedida, pero me da miedo y me fastidia aún más echarte de menos hasta entonces.


En este momento me gustaría decir lo que no debería decir nunca, aunque sé que ahora ya es tarde…


Y ésto es sólo una aproximación

lunes, 16 de junio de 2008

Estoy cansada de sentirme como me siento. Cansada de perder días, de perderlos pensando en ti. Estoy cansada de derramar lágrimas. Cansada de sentirme perdida, sin poder luchar. Cansada de saber que estoy rendida; que ésto no va a seguir. Estoy cansada de ver cómo puedes estar tan feliz, sabiendo que eres la causa de este malestar, el que causa todo este temor. Cansada de no poder deshacerme por completo de mi pasado, de un sueño roto. Cansada de no poder ir a buscar mi felicidad, cansada de esperarla. Estoy cansada de perder. Estoy cansada de necesitar cada centímetro de tu piel, necesitar un beso. Cansada de enamorarme sin razón, de alquien para el cual soy una persona más. Cansada de perseguir ilusiones que cuando creo alcanzarlas, se esfuman. Cansada de creer verte en todos los sitios, en los lugares más insólitos. De distinguir tu rostro, entre los cientos de millones que hay. De ver tus ojos, reflejados en todo lo que veo. Estoy cansada de escuchar tu voz, palabras que aún resuenan intactas en mi memoria. Estoy cansada de mí, de esta rutina, de la vida rutinaria que llevo. Estoy tan cansada de ti...








Haciendo memoria

viernes, 13 de junio de 2008

Podría decirse que ya casi ha acabado todo. Por una parte no puedo quejarme, estoy muy feliz por mis notas y todo el trabajo realizado hasta ahora. Creo que he dado lo máximo para conseguirlo. Estoy segura de que esas enseñanzas me servirán en la búsqueda de algo que pueda parecerse a la felicidad…



Ha sido un año bonito, mejor de lo que me podía imaginar tras dejar tantos momentos en el añorado Puerta del Mar. Allá por septiembre nos encontrábamos con un sitio extraño, en obras y con clases de papel. Rara, muy rara me sentía en aquellos primeros recreos; eso sí, siguiendo viejas costumbres variábamos de un lugar a otro. Día a día iba conociendo al detalle a mucha gente. En tantas horas, días, meses juntos se van estrechando lazos, reforzando grandes amistades, experimentando nuevos sentimientos ya olvidados [o quizá nunca conocidos] o incluso te vas conociendo a ti mismo. Darse cuenta de que hay personas que harían lo que fuera para verte feliz en un día tan importante para ti es muy gratificante. Son cosas que para mí son lo máximo aunque ellas no lo crean.
Pero a veces también he necesitado un gesto cómplice, un “sigue así”, un “enhorabuena”… un algo cuando creo que hago algo bien. No pido que me regalen el oído todo el día, sólo pido lo mismo que reciben los demás. A lo mejor soy yo la rara, pero me siento feliz cuando me suben la autoestima, más realizada.
Aunque eso ya no importa. A estas alturas, quien ha mostrado interés por mí cuando estaba solitaria en el insti sé quienes ha sido, y quien ha tenido una palabra de apoyo, de ánimo y de felicitación en los peores momentos, también. De algunos precisamente no me los imaginaba, y de otros puede que me lo imaginara demasiado... Pero eso ahora es lo de menos.
El curso ha acabado así y ya nada puede cambiarse. Lo hecho, hecho está; y lo que no, estará aún mejor. De lo que más me siento satisfecha es que he dado todo lo que he podido y más en este año. Ojala el año que viene pueda decir lo mismo, aunque me da vértigo sólo de pensar en el día que me vaya y esto se acabe. También me da vértigo imaginar que no pueda olvidar aquello que debería olvidar. Lo malo es que eso no depende de mí.

Es una pena que no esté feliz del todo por culpa de eso, pero es difícil fingir estar bien sabiendo que perdí esta vez y que perderé cualquier otra. No lo digo yo, muchos detalles ya me lo han demostrado.


Podría decirte muchas cosas, pero prefiero ser ignorada a ser odiada.





Me he propuesto ser feliz

viernes, 6 de junio de 2008

Los sueños existen, te lo aseguro, no sé porque lo vuelvo a decir, si lo sabes, existen mientras tu fuerza de dolor no te impulse a eliminarlos de tu agobiada mente, existen mientras no te rindas; existen, te lo aseguro, no te empeñes en ignorarlos y reemplazarlos por soledad, porque algún día se cansarán, envejecerán, y se llenarán de esperanzas perdidas… y si eso pasa no habrá marcha atrás...

No sueñes si no lo vas a luchar, soy tú mismo, tu parte oculta que no tiene miedo de luchar por la felicidad que sueñas...

Para aprender a caminar, uno tiene que tropezarse, golpearse, levantarse, caerse varias veces, levantarse y otra vez volver a caer; pero sobre todo vencer el miedo, vencer el círculo de temores que antecede a la primera caída...

No quiero lo difícil, quiero lo imposible, aunque duela el intento.
 
 
 
Despedidas… por suerte o por desgracia, hay unas más fáciles que otras. Pasarán días, semanas, meses… y a unos cuantos no los volveré a ver de aquí a mucho tiempo; por eso, aunque me cueste, me gustaría que supieran lo que significan en mi vida por todo aquello que han hecho por mí.

Este verano espero que sea el mejor y que esté lleno de buenos momentos, porque estos pasados no han tenido muchos que hayan pasado a la historia xD


Pero para eso hay que quedar, ¡¡vosotr@s sí que no me podéis dejar sola!! Si no fuera por vosotr@s, ahora mismo no estaría aquí. Siento que he cambiado y en la mayoría de aspectos creo que para mejor y por eso os lo agradezco, ya que he encontrado personas en las que puedo confiar y abrirme en general, cosa que antes era un mundo para mí.

 

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