En este momento me veo con la obligación de volver a hablar, sin ver aún claros los derroteros por los que esto que escribo irá.
Al menos quisiera expresar cómo me siento a un día de acabar el año, a un día de darle fin a una década. Y es que no sé qué ha pasado para haber llegado hasta aquí, hasta esta situación. Nunca lo pude haber imaginado y... creo aún me cuesta creerlo. Estoy muerta de miedo, quería que esas palabras fueran ciertas y ahora sólo sé que me asusta que lo sean. No sólo porque ellas esconden, sino porque creo que aún no estoy preparada. Y mis sentimientos tampoco. Es más, ahora mismo los desconozco. Quizás sería conveniente sentarme a pensar en ellos... Pero lo pienso, y me sigue dando miedo. Nunca he tenido lo que he querido, y se me hace raro que ahora pueda ser así. Porque no sé ser lo que nunca fui, porque no sé dar lo que se me podría pedir. Porque hasta ahora ha sido así, y me da igual repetir que no entiendo qué has podido ver…
Y cuanto más pienso, más miedo aparece... porque no quiero que cambie nada, porque no sé si quieres que siga siendo yo, porque no sé si vas a alejarte por que lo sea, porque no quiero que te alejes, porque no quiero hacer ni el más mínimo daño, porque eres demasiado importante... y más porqués que ahora mismo se me escapan, pero que podrían resumirse en uno solo. Alguien me dice que ande con pies de plomo, porque he tenido suerte… porque ese alguien opina que si yo soy la persona más maravillosa, él es el más maravilloso del mundo.
Y lo que veo venir es que se me va el año al igual que vino, sin poder ser clara conmigo misma ni con los que me rodean. Y es por eso que no quiero pronunciarme hasta que yo misma saque algo en claro, no siendo consciente si así en realidad hago todavía más daño. Siento si es así… Y todo porque tengo miedo, y miedo de no tener nada claro.
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