Somos dos

viernes, 28 de diciembre de 2012

Nada te arrancará de mí... nadie podrá arrancarte de mis pensamientos. Aunque el sol deje de entregarse a una tarde ardiente de verano. Aunque las flores dejen de renacer en primavera, y las hojas de morir en la soledad del otoño. Nada te arrancará de mí.

Tal vez el viento nos arrastre hacia un mar de esperanza, y bañe esta playa hundida en batallas. Quizás hoy no toques mis manos, ni acaricies mi pelo esta noche, ni siquiera podremos darnos un abrazo, pero será mi alma la que atraviese tu frontera, y estará en aquel lugar donde nos encontramos por primera vez. Para sonreír, amarnos, y todo aquello que sea mutuo. 

Y es que jamás te sacaré de mis pensamientos. Pasearás triunfante en mi memoria y nada hará que cambie mi forma de querer. Te amaré hasta el amanecer, hasta dejarte sin aliento, hasta recorrer tu piel con caricias y borrarla con mis besos. Porque nada te arrancará de mí.

Pero si tú decides arrancarme de ti, y sólo quieras recordarme de tanto en cuando, en mí no encontrarías odio, porque quizás seas tú la única persona a la que jamás llegaría a odiar. Porque, si tú me dejas, ya no seré yo. Quizás sea el rocío suave de una rosa, el alba de tu mañana, esa gota de lluvia que te roza una tarde cualquiera, o, tal vez, puedas encontrarme en la efímera sonrisa de una pareja de enamorados.

Pero, en todo caso, dejaría de ser quien soy. Porque no me imagino un futuro sin ti, ni quiero hacerlo. Porque nada de lo que nos ha llevado hasta aquí ha sido un error, ni siquiera una desgracia, aunque a simple vista lo parezca. Todos estos meses que me has brindado, me has soportado y me has comprendido, han servido para no querer arrancarte de mí, para estar al lado de una persona tan maravillosa como tú. Quizás nunca sepa devolverte todo lo que has cedido, ni cada gesto, ni cada palabra. Pero quiero hacerte saber que en tu ausencia seguiré anhelando tu forma de arroparme cada mañana, y de besarme en la mejilla como si fuera la primera vez, nunca la última. 
Hoy, por segunda vez, cumplimos otro 28. Un día indescriptible, de esos que todavía me siguen llenando de emoción. Pero los números se quedan atrás, lo importante es lo vivido. Por eso, ¿podrás perdonar cada día de imperfección? ¿Amarla como si de la más inocente virtud se tratara? Por muchas sombras que nos persigan, lograremos esquivarlas si nuestras manos no soltamos. 

Seré luz en tu incertidumbre, serenidad en tu rabia, pasión en tu intimidad. Tu cielo, el que me entregues. Tu amor, mi vida. Porque nada te arrancará de mí.

Dicen los sabios que los más grandes logros acaban por sufrir grandes caídas, pero cada una de ellas nos hace más fuertes, como fuerte es nuestra relación. Porque el fin a cualquier tempestad lo compondrá el perdón, el saber aceptar tal y como es a esa persona que, a pesar de cualquier cosa, te respeta, te admira, te ama y está ahí, justo a tu lado.

Te amo, por dos.

2 comentarios:

Luis J. del Castillo dijo...

Ten por seguro que no habrás de dejar de ser quien eres, pues deseo estar contigo todo el resto del camino. Navegar en estos mares por todas las tormentas que lleguen a nuestra vida.

Y vivir juntos, soñar, siempre

Ya lo adivinas, ya lo sabes ;)

Feliz 28 de diciembre.

Abigail LT dijo...

Felicidades Bella! que bonito es el amor!

que dure siempre, que sea eterno.

Te quiero.

By WO Designs. Con la tecnología de Blogger.