Los pesares de una triste sonrisa

viernes, 27 de julio de 2012

Tantos motivos son los que me hacen sonreír... y, en cambio, sólo uno es el que me hace completamente feliz. Y es ahí cuando el tiempo emprende un veloz viaje, sin retorno. Los días pasan incontrolables, a la misma velocidad con la que encadeno una sonrisa tras otra. Y aunque también los miedos estén presentes, no logran estancarse. Me basta coger tu mano para ahuyentarlos, para que vuelvan por el camino que nunca debieron trazar. Me basta una mirada. Sí, esas miradas que lo dicen todo, que no callan nada. Sincera, pura y que demuestre todo lo que siento. Me basta un amanecer, porque es lo que compartiremos si vuelvo a tener la suerte de dormir a tu lado. Y junto a ese continuo anhelo... también sueño. Sueño con el día en el que podré encauzar mi vida sin dar mayor explicación. Sueño con un sueño, pequeño, dulce e inocente, que si bien aún no le pongo rostro, trato de darle imagen con cualquier bella fotografía nuestra.

Y, sin embargo, habrás de perdonarme por no salir lo suficiente de este pozo sin fondo, de este agujero de negatividad. Por ahogarme más de la cuenta en ellos, por no saber valorar a veces lo mucho que me das y todo lo que intentas transmitirme, que es incalculable. En ocasiones pienso que ojalá estuviera a la alturas de las circunstancias, que debería saber apreciar todo lo positivo dentro de la pesadumbre. Que ojalá no me vieras de este modo...

Grito, con rabia, con la ansiedad de saber que no volveré a verte un tiempo. Y me derrumbo, volviendo a llorar y a la misma cadena de pensamientos de siempre. Me prometo cambiar, por ti, por mí, sólo por nosotros. Pero es dura la situación. Ya no sólo el no tenerte conmigo, sino tener las alas rotas. Aquí no tengo espacio para volar, algo que desanimaría hasta al más viajero.

Pero quiero ser fuerte y pensar en un tiempo que está ahí, relativamente presente, y en forma de mes. Porque todo esto pasará algún día y, al igual que vendrá de nuevo, volverá a irse para nunca regresar.

1 comentario:

Luis J. del Castillo dijo...

Todo pasa, ya verás, habrá buenos tiempos para recordar y buenos momentos que llegarán.

No te derrumbes, sigue adelante, que el final del camino es siempre interesante.

Y si te pierdes, coge mi mano, yo estaré siempre a tu lado.

Te quiero

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