Sé que es él. Sé que él es la persona de
mi vida desde que me lo pregunté por primera vez. Porque, a veces, no
hace falta cuestionarse nada más. A veces, sabes que está ahí ahora y
que lo va a estar siempre, como tantos años atrás estuvo. Pero te llevas
tantas decepciones antes de dar con esa persona... que ya no distingues
entre confianza y falsedad.
Pero
el miedo se supera afrontándolo. Los temores no tienen por qué dominar
tu vida. Decidí hace tiempo lanzarme a una piscina con un agua tan fría
como la nieve de enero, cansada de quemarme con el fuego de un lugar
llamado infierno. Resistí y luché, sin miedo, con paciencia. Nunca me
cansé, porque sabía que llegaría mi recompensa. Y llegó.
Llegó
mi suerte, la suerte de mi vida. Si soy sincera, no me esperaba que
llegaría con esa facilidad. Tan suavemente, con delicadeza. Y, sin
embargo, ahora pienso que ojalá hubiera surgido todo esto antes; es
bonito pensar que el destino lo tenía todo planeado. Porque, realmente,
lo amo como nunca antes podía haberlo imaginado. Inevitablemente, lo
amo. Él es la persona con quien quiero compartir mis segundos, mis
minutos y mis horas. Vivir cada uno de sus días con sus respectivas
noches. Y no despertarme nunca de este sueño. Para el resto de mi vida.
Me
di cuenta de que nadie me va a querer tanto como él me quiere. Ni me va
a mirar de esa forma que yo solamente conozco. Y tampoco nadie me va a
ofrecer toda la felicidad que él me ofrece. Y si estoy tan segura es precisamente por todas las lágrimas que he podido derramar por aquellas personas y decepciones del pasado, y porque todas esas lágrimas fue precisamente él quién las alejó de mi presente.
1 comentario:
Un texto muy sincero, que muestra sin duda todo lo que sientes, y del que me siento orgulloso de ser el referido. Porque te correspondo en tus palabras, porque has estado ahí siempre y quiero que lo sigas estando. Juntos.
Publicar un comentario