¿Por qué ese miedo a cumplir un sueño? Si es un sueño, es porque realmente deseas que aquello que sueñas se haga realidad.
Aunque, a veces, no se trata simplemente de un sueño. Es un cúmulo de sensaciones que va mucho más allá. Es sentir que es la persona perfecta y el momento propicio. Es dar sin miedo a recibir. Es aprender lo que nunca me enseñaron. Es saber arriesgar por una vez en mi vida sin perder tras ello. Pero, a la vez, es sentir que me falta algo... y es el tiempo. Tiempo que me ayude a asimilar aquello que aún todavía se me hace inverosímil. Tiempo para encontrarme, música con la que estallar mis pensamientos y una luna que poder mirar cada noche. Y ausentarme, pensar.
Porque, de momento, no puedo hacer otra cosa que ser la misma de siempre, estando aquí sin que lo pidas, buscándote cada vez que piense en ti. Aunque también me preocupa comportarme de esa forma, quizá por miedo de que no acabe por ser bueno para nadie, o de llegar a herirte. Pero, cuando llegue el momento, acabaré asumiendo todo lo que ahora mismo me cuesta horrores. Sigo siendo incapaz de dar otra cosa de mí, de demostrar algo que está ahí pero que no deja dar paso a la luz.
No sé de qué dependerá, ni siquiera si los planetas volverán a alinearse tras esas noches de diciembre. Por suerte, no quedan aún tan lejos. Por lo demás, ojalá no sea tarde.
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