Yo creo que nada sucede por casualidad, ¿sabes? Que en el fondo, las cosas tienen su plan secreto aunque nosotros no lo entendamos (…). Todo forma parte de algo que no podemos entender, pero que nos posee.
La Sombra del Viento.
Escribir sobre lo ya escrito puede sonar inútil, pero en este momento es lo más reconfortante que podría hacer.
Y es que me siento tan bien pero a la vez tan impotente... hasta ahora, querer a una persona había sido siempre motivo de sufrimiento. Un sentimiento destinado a morir tarde o temprano. Una lucha interna entre el deber y el querer, en la que siempre ganaba el deber. Y así años y años, levantándome caída tras caída, y cayendo en una piedra tras otra.
Hasta que 2011 trajo consigo sorpresas que sólo imaginaba en mis mejores sueños. Algo que interiormente quería que se hiciese realidad, sin preguntarme ni siquiera el por qué. No era necesario, porque se trataba solamente de eso. De un inverosímil sueño.
Pero a veces hay que tener cuidado con aquello que se desea. Porque es ahí cuando el miedo hace acto de presencia. Ahí es cuando tienes momentos en los que desearías echarlo todo por la borda o cuando quisieras afrontarlo sin dar explicaciones. Y justamente es ahí cuando tomas consciencia de que ese sueño se vuelve cada vez más real.
Aunque es algo que no puedo controlar. Tampoco controlar mis emociones, porque no puedo evitar recordar cada cosa que dices, ni releer cada palabra que escribes. Y es por eso que odio reprimirme cuan insensible corazón haría. No sé por qué me pasa, porque no es propio de mí… porque es justamente lo contrario de lo que me gustaría recibir.
Pero por otra parte… aún cuesta creer que una simple sensación tenida hace un par de meses, haya pasado a ser lo que es hoy. No quiero volver a estar mal… sin embargo, ahora mismo no importa. Quisiera no seguir viviendo en el pasado como hasta ahora, quisiera tener una razón por la que ser feliz, aunque sea a largo plazo.
Por orden de prioridades, sé perfectamente lo que debo hacer y en lo que debo centrarme. No puedo dejar pasar ni una sola oportunidad…
Pero en medio de todo este revuelo, sólo existe una razón por la que no tengo miedo. Y esa, eres tú.
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