Ya que no puedo escribirte directamente, dejo esto como promesa hasta el momento en que pueda volver a abrir tus páginas.
Hace tiempo que no te comento nada, exactamente desde un lejano tres de abril, donde tantas cosas pasaron. Desde entonces hasta he cambiado de dígito, y por suerte soy más feliz, compensando por cada lágrima que a veces derramo. Por ejemplo, las que pude derramar esta noche.
Nunca imaginé que pudiera convertirme en un ser tan susceptible a los miedos. Tengo miedo de perder a la persona que más quiero en mi vida, de que algún día se pueda dar cuenta de que no soy realmente lo que buscaba. Lo único que consigo es fallar, incluso a mí misma, traicionando mis principios. Nunca he sido así, desconfiada de mi propia sombra, ni me había sentido tan avergonzada de mí misma. Porque confío en él todo lo que no sé confiar en mí misma, algo de lo que realmente no me arrepiento. Pero... todas mis virtudes las veo reflejadas en otra persona que no soy yo, y todos mis defectos los reflejo cuan espejo, proyectando incluso los que no son míos. ¿Por qué lo hago? Realmente me siento plena, feliz, tengo aquello por lo que siempre luché delante de mis ojos, todo aquello que siempre he pensado que valía la pena. Pero teniendo en mente ese eterno miedo a perder, siento entonces que así sí que podría perderlo todo.
Y es lamentable seguir en ese estado. El más mínimo error me afecta, como ya conté una vez, y de la más mínima simpleza puedo armar una teoría. Soy imbécil, cabezota, insegura y pesimista, pero aún así te pido que no te vayas, porque no estoy dispuesta a dejar escapar todo esto.
Porque todo pasa, como todo llega. Ha pasado un año, quizás un poco más, y parece que estas fechas no traen buenos recuerdos para ninguno. Quizá porque, inconscientemente, temo que esos fantasmas vuelvan a aparecerse, aunque realmente no vaya a ser así. Es por eso que es injusto cargarle todas mis paranoias y todas estas porquerías a la persona que menos culpa tiene de todo lo que pasé. Porque ha sido quien ha estado ahí en todo momento, y la que quiero que siga estando para siempre.
Aunque esta mala racha sin sentido no nos beneficia, no quiero ser yo la responsable de perder lo que ahora tengo, ni que todo ello cambie por mi culpa. No me lo perdonaría una vez más.
Simplemente pido comprensión; por ejemplo, en el momento que presiento que no me muestran la atención que en ocasiones preciso, o que en apariencia simplemente soy una persona más, me siento angustiada. Pero no me enfrento, no me veo con el derecho. Y me comporto cuan niña pequeña, dejando al aire mis carencias socialmente emocionales ya conocidas. Pero no por ello quiero ni pretendo cambiar el carácter de nadie, porque estoy enamorada de cada una de las virtudes y de cada uno de los defectos que conozco de él, desde el primero hasta el último, y ya no siento miedo de amarlos.
12.07.11.
Porque un diario debe estar en un lugar seguro.
He de reflexionar, pararme a pensar en todo lo que mi cabeza ha creado ella solita y soltarlo todo afuera. Nunca me ha costado pedir perdón, fueran cuales fueran las circunstancias, por eso ahora tampoco está de más. También, desintoxicarme de las perturbaciones, y no encontrar más excusas para no ser feliz... (será que no me acostumbro a serlo, o que simplemente se me olvida.)
Pero aún así, quiero conseguirlo. Y no solamente por mí, sino que por ti quiero superarme, crecer. Porque confío en ti como en nadie más, porque guardo todos estos años como abrigo. Y para que no sientas que tu confianza en mí la depositas en vano, sin que te sientas defraudado una vez más.
Para que seas feliz, para ser feliz contigo.
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