Y no volveré a sentirme extraño...

Después de un invierno malo, una mala primavera...
llega un cambio. Puede ser que la respuesta sea no preguntarse por qué...pero...después de mucho tiempo aprendí que hay cosas que es mejor no aprender.
Acaba de llegar otoño, dijimos adiós al verano con una noche inolvidable, con una compañía inmejorable.
Porque las cosas importantes aquí, son las que están detrás de la piel.
Emoción, fuerza, gritos, abrazos y sentimientos a raudales serían algunas de las innumerables palabras que definirían ese día 25... un número con muchos significados, con muchos recuerdos.

Puso fin a una etapa, para iniciar una mejor... lo que me llevará al final, serán mis pasos, no el camino. ¡Que la vida se nos va!


Y a vosotros... nunca es lo que pudo haber sido, no es porque digáis la verdad, es porque nunca habéis mentido.

Gracias a todos por haber hecho de esa noche una noche única. Todo y nada que explicar, quién conoce de este cuento más de la mitad: La fitoterapia surgió efecto.



Suéñalo todo, no escondas ninguna frase, enseña todos los versos que puedas y cuando no puedas dormir, avísame, yo tampoco dormiré.

Ángel I

No sabía cómo había llegado a tal punto en su vida. Echando la vista atrás, no recordaba su vida diaria sin él. Cada vez que ocurría algo, o simplemente sin pasar nada, siempre acudía a la misma persona. Quién sabe si ya por costumbre o porque realmente lo necesitaba. Pero así habían pasado ya cinco años. Y, a diferencia de bastantes otras personas, en el horizonte se divisaban muchos años más.
Se había dado cuenta de que esa misma persona era la única que en este tiempo no la había fallado ni decepcionado. Es por eso que se ha convertido en su mayor apoyo, sin el cual se siente más bien vacía.
De nuevo, por más que lo pensara, no sabía cómo había llegado a tal punto. Había descubierto el verdadero significado de la amistad, algo que no conocía en su esplendor hasta hace poco. Es por ello que no tiene mucha idea de cómo estar a la altura.
Porque por mucho que se esforzara, no sentía que tuviera siempre una palabra apropiada para animar, o una broma, o un simple detalle de los que a ella la hacían feliz.



Es por ello que aquí, mediante las palabras, sea la única forma en la que puedo expresar lo que quiero decirte. Aunque no sé por dónde empezar...
Siempre, o casi siempre, que he necesitado hablar, que he estado sola, o que simplemente he querido soltar paridas a alguien, has estado ahí. Aún me parece imposible que haya alguien que haya aguantado mis rarezas, y que aún así siga al pie del cañón. Sé que con una simple actu no se pueden agradecer todos los momentos, tanto buenos y malos, que hemos pasado, pero al menos quiero dejar huella de algún modo. Actualmente, y desde hace tiempo, eres la persona en la que más confío… y por las experiencias que ambos hemos tenido hasta ahora, espero que eso no cambie.

Eres un buen amigo, para mí el mejor que tengo, aunque haya veces que te de mucho el coñazo… lo siento, es que soy así xD. No olvides, para mí tú eres mucho más que todo eso y menos de lo que no eres.
Y bueno… no olvidaré nunca los momentos en Puerta, AS, en los coches, las columnas, los mensajes (¿del mar?), los regalos, dedicatorias, viajes, paseos, cafés, charlas, consejos, veranos, ratos de playa, fechas… y una larga lista interminable. Destaco, obviamente, nuestras largas y largas conversaciones online, qué hubiera sido de mí sin ellas y sin todo lo que me has ayudado o me has hecho reír. Tú y tus chistes malos… 
Ahora que para ti comienza un cambio, y que en parte para mí quiero que comience otro… espero que tengas éxito en tu camino, que alcances la meta más inmediata que tienes, porque del resto estoy segura de que vendrán solas. Y no cambies, da lo mejor de ti mismo, triunfarás. Yo ya lo hice con tu amistad ^^
No sé cómo rematar esto… mmm… espero que todo salga bien en este curso, en todos los sentidos. Falta un día para iniciar esta etapa, en la que todo va a ser nuevo… así que a ver si todo marcha sobre ruedas ^^

No voy a cambiar

Se acaba una etapa. Precipitadamente, he decidido que sea así, que no haya marcha atrás. 

El mes se acaba, y en él dejaré atrás recuerdos, decepciones y tristezas. Cogeré solamente lo bueno que me ha dado, que ha sido poco pero a la vez grandísimo.

Voy a seguir, quiero que todo esto haya servido para hacerme más fuerte, para aprender. Y no sólo lo voy a hacer por mí, sino por quien quiera verme bien.

Porque no voy a cambiar, lo siento. Hay tanta gente a la que no le gusto... que ni vale la pena intentar agradarles. Quiero pensar un poco en mí, en mejorar, en lograr objetivos como hasta ahora. Y volver a ser yo misma. Olvidar el tiempo perdido, e intentar quedarme sólo con lo bueno.

Aunque son en los peores momentos los que sirven para darse cuenta de quién te quiere de verdad... y es por ello que me gustaría devolverlo de igual o mayor forma. Aunque no sabría cómo.

Me siento cargada de bastante ilusión. Nuevos aires, nuevos ambientes, nuevas planes, nuevos rostros. Pero los de siempre, siempre estarán. Todo se traduce en que quiero empezar de nuevo, sólo espero que no sea tarde. Voy poco a poco, paso a paso, para no tener miedo ni estrellarme.

Espero no estar sola en esto que en breve comienza. Porque una palabra, una mirada o un silencio, los valoraré por encima de cualquier otra cosa.
Hay dos personas que quiero tener cerca, dos iniciales cada una... me siento perdida cuando no tengo alguna cerca.

O lo que es peor, hago muchas tonterías sin ellas xD




Hoy ha sido un día de cambio... porque quiero, puedo y sé, estrenaré estación con buen pie.



Por cierto, gracias por tus alas... implican protección por tu parte... No sé si alguna vez las tuve, pero también quiero tener de nuevo unas propias por si algún día te hicieran falta.



Hoy aprendí que a veces un silencio dice más que cualquier palabra...

Alas rotas

Terriblemente acabó. Sin fuerzas. Escribe... pero con desgana. Decepción. Puñalada. Falsedad. Fin... Son las palabras que nublan su mente.

Una parte de ella no le quiere dar más importancia de la que tiene, que es nula... pero otra... la otra parte está ya rota de tanta decepción. Esa parte está hundida, sin saber qué hacer para levantar el vuelo.

Es de noche, y eso le recuerda que apenas durmió la noche anterior. Lloró, se desahogó... y mientras pasaban las horas, volvió a llorar. Sin motivo aparente. Aunque sólo ella sabía que su orgullo estaba herido, que su autoestima estaba pisoteada. Que sus inseguridades estaban fundadas.

Rabia contenida. Falsas etiquetas... como en toda su vida. Desgraciadamente.


Vio amanecer como tantas otras veces, pero hace mucho que no recuerda uno feliz. Si alguna vez lo hubo.


¿Y de qué le iba a valer tanta lágrima? Eso no le haría sentir mejor... aunque no podía evitarlo. Era su única forma de desahogarse. Quería hacerlo sola... es a ella a quien afecta. Es ella quien no quiere que nadie la vea llorar ni que la vea sufrir. Teme la incomprensión, que se amarguen por ella. No lo aguantaría.


Existe un halo de luz a lo lejos. Con él, quiere marcar un antes y un después... pero siente que no puede. Porque en el fondo, en su corazón, nunca lo olvidó. Siempre pensó en él, en mayor o menor medida, aunque quisiera negárselo. No sólo a sí misma. Pero es algo que la está matando lentamente, una persona no puede vivir aferrada a esperanzas pasajeras ni a base de desengaños continuos.

Ahora sólo quiere marcharse lejos, ver la luz. Cambiar su vida. Seguir delante borrando recuerdos... Coleccionando nuevos.




Y renacer.

Como la primera vez...

Llueve. Tal era el estruendo del caer de las gotas sobre su ventana que no pudo evitar asomarse a contemplar la tormenta...


Le encanta ver llover desde su ventana, le recuerda que los días calurosos quedan lejos y que el invierno está cada vez más cerca. Aunque en ese momento desearía ser ella la que está en la calle sintiendo la lluvia caer. A lo mejor así conseguiría limpiar su alma, mojar sus pensamientos y empañar los recuerdos.

Si ya de por sí tenía un carácter bastante melancólico, la lluvia lo acrecentaba. Pero en aquel momento, solamente le venían buenos recuerdos. No había tiempo para los malos. Ya se lo habían advertido muchas veces. Seguir era la palabra. Adelante, el objetivo. Aunque le costara, cada vez que se ponía triste, se acordaba de esas dos palabras clave. No siempre lo conseguía, pero sí que siempre lo intentaba.

Y recordaba así todo lo que había dejado atrás, todos los buenos momentos pasados, esas risas, esas palabras, esos sentimientos encontrados. Y una sonrisa le brillaba en el rostro. No deseaba volver atrás; aunque hubiera nubes negras sobre sus recuerdos, estaba satisfecha con lo vivido. Solía arrepentirse de lo no realizado, no de lo que ya estaba hecho, ya que siempre ha creído en lo que hacía.

Con más o menos acierto... pero dejándose llevar por el corazón.

(…)

La tormenta había cesado, pero ella aún estaba inmersa en sus pensamientos. Meditando. ‘¿Quién ha estado ahí? ¿Quién me falló? Cómo hemos cambiado todos…’ Aunque ya nada fuera igual, ¿qué importa ya? Sentía que ya tenía lo que necesitaba. Y lo que no, ya lo había borrado de su vida.

En su relativa corta vida había cumplido varios sueños, pero es consciente de que lo mejor siempre estaría por llegar. Al igual que cada alegría, cada batacazo y cada decepción van a ser cada vez más fuertes, más intensas. Pero aún así, no se rinde, nunca lo ha hecho. Esa misma sensibilidad que le caracteriza le hace fuerte, tal y como se ve en apariencia. Siempre ve la luz al final del túnel. Aunque éste sea largo y estuviese a oscuras, ahí siempre estaba la luz. Su luz. Una luz que recibe, que la alumbra en los peores momentos, pero que ella no es capaz de emitir. O, al menos, eso dice. Por mucho que le digan, ella siempre se sentirá en deuda. Y agradecida. Eternamente agradecida.

Y es que no quería sentirse como esa última gota que se deslizaba lentamente por su ventana. No quiere ni está hecha para estar sola. Por ello, espera que alguien le diga que aún le queda mucho camino por recorrer, que estará acompañada en él. Que siempre estará ahí.

Como la primera vez… por última vez.

Mi reflejo vive preso dentro de un cristal...

Con la mirada perdida en el infinito. Sola entre la multitud, oyendo palabras que cree venir hacia ella. Presta atención, pero poco después vuelve a perderse. Nada que la distraiga, o al menos eso aparenta. Vuelve a la realidad, a su realidad. A veces el silencio la ahoga, e intenta salir a flote esperando obtener éxito. Pero, ¿quién la escucharía? Suponía para sí misma que sus problemas no son lo bastante importantes, que ella en sí sería una carga para quien la escuchara. Pero en el fondo se moría de ganas por que alguien le preguntara ¿cómo estás?, algo que traería consigo su automático no pasa nada, desviando la mirada. ¿Por qué? Porque ella misma es solamente una pura contradicción.

Puede que el tiempo no la haya tratado del todo mal, pero ella siempre se limitaba a decir que nunca la había tratado bien. Recuerdo tras recuerdo, desengaño tras desengaño, alegría tras alegría, había aprendido a aceptarse a sí misma. Pero no a quererse. Algo que no podía cambiar fácilmente, ya que siempre ha tenido las ideas muy claras.

Cada vez que podía, inevitablemente se acababa refugiando en lo de siempre... en intercambiar palabras a través de una pantalla. Con su fiel aliada, su compañera de batallas; con su ángel de la guarda, su voz de la conciencia.

Y ahí seguía ella… mirando a través del cristal cómo todo se movía ante ella. Sigo siendo la misma, sólo ese pensamiento le rondaba por la cabeza. Y flashes, muchos flashes. Y ganas de un abrazo... un fuerte y sincero abrazo.

Vive todo con demasiada intensidad, para intentar aprovechar el momento, y es por eso que siente todo lo que ocurre a flor de piel. Si algo falla a su alrededor, algo en ella también lo hará. Simple perfeccionismo.

Para bien o para mal, seguía siendo la misma que años atrás, salvo que cada vez se iba aficionando más a coleccionar recuerdos por cada segundo que pasaba.