Es fácil decir que no hay que perder nunca la ilusión; y también es fácil estar de acuerdo.
Lo que es menos fácil es vivir tus ilusiones cuando éstas se convierten en un reto. Y sí, los retos a veces son buenos, y si lo consigues pues mejor aún. Pero un reto diario, semanal, mensual... te corta las alas, no te deja ilusionarte. Sabes que hasta que no superes todos esos retos, no podrás vivir todo con la intensidad de una ilusión.
Pero hay retos muy costosos, incluso parecen inalcanzables. Claro, comprendo que venga alguien que no sabe por lo que estás pasando, ni está sufriendo lo mismo, y diga que todo es posible. Yo también lo creo. Pero para algunas cosas hay que sacar fuerzas de donde no las hay, hay que vivir pesadillas las cuales a cualquier persona le gustaría tenerlas simplemente en sueños.
¿No es un alivio despertarte y ver que todo ha sido un sueño? Una simple pesadilla que ha complicado tu sueño pero que, al despertar, ya no hay sufrimiento.
Yo también quiero despertar de esta pesadilla que me acompaña en la mañana y en la noche, día tras día...
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