Me acordé de ti.
De tus estelas y tus astros,
de tus letras desordenadas,
de tu retórica de café,
del ángulo de nuestras miradas.
Porque no es tanto mirarse a los ojos,
a esos cristales,
como saber qué hay tras ellos.
De un tiempo a esta parte,
confrontados con el infinito,
acordándome de lo eterno,
del vivo presente,
de las estaciones que murieron.
Porque, a veces, las huellas
no suelen durar.
Que los cuerpos, con los días,
olvidan otros labios,
olvidando también la soledad
que creímos eterna.
Sed de otro lunes sin semana,
de evocar los ultramarinos,
de hallar la incertidumbre.
No busques más,
jamás nos humillaremos para siempre.
De tus estelas y tus astros,
de tus letras desordenadas,
de tu retórica de café,
del ángulo de nuestras miradas.
Porque no es tanto mirarse a los ojos,
a esos cristales,
como saber qué hay tras ellos.
De un tiempo a esta parte,
confrontados con el infinito,
acordándome de lo eterno,
del vivo presente,
de las estaciones que murieron.
Porque, a veces, las huellas
no suelen durar.
Que los cuerpos, con los días,
olvidan otros labios,
olvidando también la soledad
que creímos eterna.
Sed de otro lunes sin semana,
de evocar los ultramarinos,
de hallar la incertidumbre.
No busques más,
jamás nos humillaremos para siempre.
(Primer premio X Certamen de Poesía Juan Huarte de San Juan)
Febrero 2017
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