Hay cosas que nunca querríamos presenciar pero que, por desgracia, tarde o temprano debemos asumir. Para mí resulta violento saber determinadas cosas, ya no sólo porque me incumban a mí, sino porque simplemente pueden llegar a hacer daño a quienes tengo más cerca. Y aún más si todo eso no resulta ser verdad...
Yo tampoco sería quién para opinar de un tema tan delicado, pero como otros menos indicados lo han hecho, no veo por qué yo no.
La verdad es que veo injusto que, hasta hace poco, una persona que ha hecho daño a propios y a extraños con comportamientos huraños o con palabras hirientes fuera tratada como si nada pasase o como si fuera algo normal. Y sin embargo, alguien que comete un error [inoportuno, pero error] se vea excluído y exiliado de su ambiente... aunque ese ambiente se haya ido rompiendo poco a poco. Quién sabe si el declive vino justamente a raíz de ese momento. No solamente me duele porque desde fuera se vea injusto, sino porque se han visto afectadas dos personas muy importantes en mi vida, las cuales me han ayudado a más no poder y en las que más confío en este momento. Ambos lo eran todo y más entre sí y, aunque lo más probable es que no tenga nada que ver, desde mi llegada ha ido cambiando poco a poco ese vínculo, e inevitablemente algo de responsabilidad queda aquí.
A veces he llegado a pensar que ojala no hubiera aparecido tan de cerca en vuestras vidas para que nada de esto hubiese ocurrido... Pero es algo que ya no tiene solución.
En este momento, no me importan lo más mínimo ciertas personas que ya han demostrado ser como realmente son. Sólo me importa que hay una persona que sin necesidad está envuelta en un sufrimiento y dejándose llevar por la ira, y otra que está cegada y desconfiada con motivos más o menos evidentes...
No voy a juzgar si está mejor ahora o no, porque la cuestión no es esa. No dudo que si todo hubiera seguido como en los viejos tiempos, y si esos viejos tiempos hubieran dado en un futuro cercano sus frutos, yo me hubiera alegrado infinitamente más de como me estoy alegrando ahora de cómo van las cosas. Porque sólo sé que en este tiempo alguien está peor.
Y aunque en verdad esté viéndolo todo desde fuera, haría lo necesario para que fuese todo como antes, como aquellos días que compartíamos risas o peliagudas confidencias, que nos psicoanalizábamos unos a otros, que hacíamos quedadas interminables en la playa, alrededor de un billar, de un brindis o de un séptimo de caballería... y tantos otros más en los que fuimos felices y que ocuparían más de los 5000 caracteres.
En fin, sé que escribiendo todo esto aquí no arreglaría las cosas... es más, puede que las empeorara aún más [a las experiencias me remito]. Pero sé que por lo menos mi opinión al respecto ya está dicha, y que espero que sirva de ánimo y aliento.
Para bien o para mal, aquí estaré cuando haga falta...
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