No tengo inspiración para escribir algo que nunca tuvo que ocurrir. Tampoco tengo razón, ni tiempo, ni siquiera ganas. Porque recordar lo que un día me hizo daño... hará que aflore de nuevo ese mal. Simplemente.
Son demasiadas las putadas que debería olvidar. Tantas las traiciones, las mentiras, las ofensas... todas y cada una de ellas se unen hoy en mi contra. Todos esos fantasmas del pasado aún tienen un lugar en mi mente. Quizás soy la responsable de no saber quedarme con lo positivo de cada persona que ha tenido la ocasión de pasar por mi vida. De ser incapaz de guardarme vuestro calor en los días que me contagiásteis vuestro frío, o de ni siquiera tener algún segundo que merezca la pena conservar. Porque en lo más profundo quizás sienta que todo fue en balde, que toda implicación se tradujo en un cielo que nunca existió, en un amor que nadie supo afrontar.
Y, sin embargo, al amanecer teñiré el horizonte con una sonrisa, y maquillaré cada rincón de mi rostro en busca de ilusiones nuevas, esas mismas que algún día convivirán con las viejas. Culpa mía el tener tan buena memoria. Culpa vuestra el albergar tanta maldad en un perfil tan siniestro.