No quiero callar lo que gritan mis ojos, mientras veo cómo te
marchas, mientras velo tu ausencia, esa que atraviesa la calma de mis
noches. Escucho el sonido de mi alma, oigo todo aquello que me descubre
de ti, y me embarga una indolente esperanza que me repite cómo el día
menos pensado volveremos a ese mar del paraíso. Porque todos tenemos el
mar, todo un océano del tiempo en el que ni siquiera un naufragio
logrará despeinarme tus "te quiero". Y, por si las dudas, frente a él
haremos inventario de esos besos que aún no llegaron. Juntos, dejaremos
de pensar para ser una palabra en el agua, viviendo los sueños que un
día desvivimos.
Ése es mi sortilegio.
Ése es mi sortilegio.
1 comentario:
Que Bonito...
como me gustaría creer en el amor...
de nuevo.
Besos!
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