Me siento como una imbécil que tiene una mierda de vida, que se anima con palabras escritas en una pantalla y se derrumba con silencios y mentiras. Que se siente enclaustrada en cuatro paredes, como un delincuente vigilado por la CIA. Odia la hipocresía, y sin embargo no le queda otra que recurrir a ella para no quedarse sola. Espera a verlas venir, porque de ser cuestionada mil veces ya ni ella misma sabe cómo se siente.
Harta de esperar... de que pase el tiempo esperando a que pase algo. Y lo que pasa es el tiempo y mis ganas de luchar.
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