Antes solía escribir. Sobre sentimientos, relaciones, personas, situaciones... Todo importaba. Quizás para no olvidarlas, para que siempre viviesen en mis palabras. Aún hoy puedo volver a ellas y siento cómo me llevan a ese pasado tan presente. Seguramente esa ansia temporal aún me acompaña.
Antes solía escribir. No sé si mejor o peor, eso antes no importaba. La verdad va más allá de largas explicaciones y rebuscadas metáforas. Lo que realmente buscaba era sentirme protegida tras las palabras, además del mundo que me aportaban. Quizás por ello sigo en la búsqueda del mejor de mis poemas, pese a que aún no lo haya vivido. O a la aventura de una prosa más elocuente, tras la que me he escondido incansablemente.
Descubrí que los años también aportan perspectiva, seguridad, aunque a mí me hayan convertido en una absoluta perfeccionista. Dicen que con los años no he aprendido a confiar en mí, que no soy consciente de todo lo que sería capaz de conseguir. De todo lo que soy. Y es que, a veces, los años no aportan todas las perspectivas que buscamos.
Pero si hablamos de perspectivas...
Sé que antes solía escribir de todo.
Ahora todo me hace escribir sobre ti.
Antes solía escribir. No sé si mejor o peor, eso antes no importaba. La verdad va más allá de largas explicaciones y rebuscadas metáforas. Lo que realmente buscaba era sentirme protegida tras las palabras, además del mundo que me aportaban. Quizás por ello sigo en la búsqueda del mejor de mis poemas, pese a que aún no lo haya vivido. O a la aventura de una prosa más elocuente, tras la que me he escondido incansablemente.
Descubrí que los años también aportan perspectiva, seguridad, aunque a mí me hayan convertido en una absoluta perfeccionista. Dicen que con los años no he aprendido a confiar en mí, que no soy consciente de todo lo que sería capaz de conseguir. De todo lo que soy. Y es que, a veces, los años no aportan todas las perspectivas que buscamos.
Pero si hablamos de perspectivas...
Sé que antes solía escribir de todo.
Ahora todo me hace escribir sobre ti.