Y
volviendo a ser un número más, en otra lista tan idéntica como hace
años y sin más apreciación que una calificación que llega a los cuatro
meses.
Aunque,
en ocasiones, parezca un rostro sin identidad, lo importante es que ya
no soy como hace años. Que esa desmotivación recibida ahora es la que
fortalece mis ganas de luchar.
Aprender. Avanzar. Profundizar.
Porque mientras que unos conseguirán exprimir lo mejor de sí mismos, de mí misma, otros no seréis más que un vago recuerdo.